Destruir la Paz…Insensatos!

latardedelotun.com – Foto. semana.com

«El primer desafío del Centro Democrático será el de volver trizas ese maldito papel que llaman acuerdo final con las FARC que es una claudicación y que no puede subsistir» palabras del ex ministro de interior y justicia del gobierno de Álvaro Uribe y director honorario del Centro democrático Fernando Londoño, en la instalación de la convención nacional de ese partido en mayo de 2017. Fue el punto de partida a la agenda sostenida por los miembros de este partido político como bandera, aún de campaña, para buscar por todos los medios acabar con el acuerdo de Paz firmado en La Habana.

Estos objetivos trazados desde el corazón de la derecha colombiana, han pasado por varios claroscuros, hoy por ejemplo,  habla el gobierno y sus voceros de la modificación de estos; el ministro de defensa se refirió al tema  concreto en un debate en el senado al que fue citado y anunció reformas a lo firmado.

El fin de semana pasado el ex presidente Santos en entrevista a un medio de comunicación y haciendo un paréntesis a su posición durante estos dos años, de “no molestar a su sucesor” habló claro sobre este tema en particular, inclusive, utilizando términos fuertes y precisos para defender la Paz, “perfidia como forma de engaño e insensatez por parte del gobierno” fueron sus palabras, al pretender modificar unilateralmente el acuerdo.

En la actualidad hay temas bastante delicados en el contexto nacional, grandes males nos aquejan, la pandemia del COVID-19 con las consecuencias sanitarias, pérdidas de vidas y crisis económica. La epidemia de la corrupción rampante que se ha hecho más evidente en esta crisis, los recursos destinados se pierden en los bolsillos y manos de los políticos y los bancos. El genocidio en contra de los líderes sociales, con unas cifras escalofriantes que desde la época del exterminio de los miembros de la UP no se había presentado; las voces de protesta de organizaciones de derechos humanos en Colombia y de organismos internacionales se han escuchado, pero los responsables de proteger y salvaguardar sus vidas se han hecho los de la vista gorda, o fijan sus ojos en otro lado mientras sigue el desangre. Podríamos entender que es la estrategia del ministro y sus jefes, para desviar la atención pública en otros hechos que ya son cosa firmada, el tratado.

Colombia y el mundo atraviesan un difícil momento, paso de equilibrista, delicado en muchos casos y la salida de esta situación no es fácil, por el contrario todo apunta a una revisión de muchos aspectos; un paso en falso nos sumiría en una debacle económica y social de incalculables y perversas proporciones.

El turismo es una industria consolidada en el mundo pero aún emergente en Colombia, en los últimos cuatro años hemos podido percibir y pronosticar sus bondades, pero los dos escenarios actuales, el coronavirus y el recrudecimiento de la violencia en el último tiempo han llevado al sector a un frenazo en seco en el presente y a un estado de incertidumbre a futuro.

El virus se superará, ¿pasará lo mismo con la violencia? o como lo dijo el consigliere Londoño Hoyos, harán trizas la Paz y de paso la oportunidad para salir de la crisis a este importante sector  que impulsa la economía nacional de manera preponderante. Con guerra no hay turismo, que pare el exterminio. ¡Insensatos!

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