
Esta es la cereza del pastel, el gobierno nacional anuncia un préstamo por USD 370 millones, un billón trescientos mil millones de pesos más o menos, para salvar a Avianca. Aduce el presidente Duque que esta “es una medida para salvaguardar 500 mil empleos de una empresa nacional y para preservar la conectividad aérea del país”.
Todo lo anterior es falso, varias mentiras en una sola línea.
- La aerolínea el 30 de abril de 2020 declaraba que la empresa generaba 21 mil empleos: 11 mil directos, 6 mil indirectos y 4 mil en otros países.
- Avianca no es una empresa colombiana, Avianca Holdings es y paga sus impuestos en Panamá.
- De la conectividad aérea en el país, Avianca tiene el 50% por el monopolio que se le ha permitido acumular y que va en contra de la libre competencia, esto le ha permitido abusar de sus usuarios, especialmente en rutas e itinerarios específicos, con tarifas, mal servicio y sobreventa, sin olvidar la leonina estructura de contratación del personal y el manejo dictatorial en las protestas, recordemos la huelga de pilotos.
Hay varias cosas que hacen inconcebible este “préstamo”. La quiebra de la aerolínea desde antes de la pandemia, declarada ante un tribunal en Nueva York; no es la primera vez que esta compañía se declara en bancarrota para obtener beneficios que le permitan salir a flote. La decisión de un tribunal de la ciudad brasilera de Curitiba de arrestar al principal accionista de la compañía por corrupción en el caso Lava Jato, Germán Efromovich, enfrenta cargos ante la justicia brasilera por haber, presuntamente, cometido irregularidades en varios procesos de licitaciones en ese país.
El Estado debe estar del lado de sectores más vulnerables, como las pequeñas y medianas empresas, inmersas en una crisis de proporciones gigantescas como resultado de la pandemia, el gobierno ha indicado en diferentes escenarios que ha invertido 117 billones para auxiliar estos sectores, lo que a todas luces ha resultado una ficción, una mentira más en esta cadena de desaciertos por parte del ejecutivo; las empresas colombianas están al borde de la bancarrota y no se observa un interés real en ayudarlas. Una parte de de esos 117 billones anunciados fueron al sistema financiero a cero interés, los bancos hacen su agosto y en la mayoría de los casos niegan los créditos a los empresarios colombianos. En el caso de Avianca, lo han dicho expertos economistas y además el sentido común lo intuye, este dinero es irrecuperable, como dicen coloquialmente, “se perdió esa platica”
También es falso o cuando menos exagerado decir, que este salvavidas a la aerolínea, sacará adelante el turismo, los actores de este sector son muchos y la mayoría están caminando por la cornisa de la bancarrota y el cierre definitivo. Muchas imprecisiones, falacias por parte del gobierno nacional.
En esta actuación se evidencia la falta de respeto por el estado de derecho, aplican que “el que manda manda, así mande mal”, los órganos de control mirándose las uñas y los colombianos indignados e impotentes. Hasta cuando se les permitirá este tipo de actuaciones non sanctas, con intereses personales debajo de la mesa, los beneficios para los grandes empresarios y el colombiano de a pié, que se joda y pague, ese dinero saldrá más temprano que tarde de nuestros bolsillos.