
Por: Leonardo Franco Arenas – www.latardedelotun.com – Foto noticias RCN
____ Con bombos y platillos se inauguró el 4 de septiembre el esperado por muchos años, túnel de la Línea; las comitivas de los departamentos beneficiados por las obras estuvieron presentes, el gobierno nacional en cabeza del presidente asistió cumplidamente a este hito histórico, asimismo lagartos, autoridades militares, eclesiásticas y una amplia muestra de toda la fauna política y periodística de la nación.
Probablemente la falta de memoria de los colombianos y esa ansia por resaltar sucesos que de una u otra manera nos llenan de orgullo patrio, así sea ignorando tácitamente los escándalos entorno a estos, nos lleva a pasar por alto los insucesos que rodearon este proyecto tan importante en el desarrollo de la infraestructura vial para el mejoramiento de la competitividad del país. Los sobrecostos y el retraso de esta importante obra, los escándalos que la rodearon y la quiebra de uno de los más importantes jugadores en el esquema de contratación de obras de gran envergadura con el gobierno, Carlos Collins, quedan casi en lo anecdótico. Hay que resaltar dos hechos que se conectan a través del tiempo, Andrés Uriel Gallego y el cinismo del presente gobierno que se apropia de manera descarada de las ejecutorías de este proyecto vial.
Andrés Uriel Gallego, fue el único ministro que acompañó a Uribe los ocho años de su mandato al frente de la cartera de transporte, la más importante por la inversión de recursos, planificada de manera ambiciosa por el ejecutivo, para el desarrollo de la infraestructura vial; esto significaba un paso gigante hacia el futuro de la nación, prelación presupuestal en los planes de desarrollo de los dos cuatrienios de ese gobierno. El ex ministro nacido en Marinilla en 1950, falleció en el año 2014 a causa de un cáncer de próstata; ingeniero civil con una especialización en estructuras, fue docente en 3 de las universidades más importantes de Medellín, acompañó a su mentor político (Uribe Vélez) como secretario de obras públicas en la gobernación de Antioquia del año 95 al 98. Así pues, el fallecido Gallego fue considerado como uno de sus principales alfiles por más de dos décadas, a lo mejor, su hombre de mayor confianza.
Fuimos educados para no hablar mal de los muertos, nadie por supuesto, quiere hacer comentarios negativos de los difuntos y hay una frase coloquial que se utiliza frecuentemente cuando existen o surgen motivos para hacer una alusión sobre un fallecido, “hablamos del cuerpo, no del alma”, para superar la disyuntiva de lo terrenal y lo espiritual. En este caso, me remito al hecho puramente terrenal, corruptible e imperfecto de las responsabilidades de un humano servidor público, rodeado de un entorno de poder e impunidad, en contra el finado Andrés Uriel existían decenas de investigaciones que se suspendieron inmediatamente después de su muerte como era de esperarse, con premura se cerraron investigaciones como la de Odebrecht y la los Nule, en las cuales había sido involucrado por su viceministro Gabriel García Morales y que tenían tentáculos que conducían a las altas esferas del gobierno Uribe; a indagatoria fue citado el principal asesor del ministro, John Jaime Echavarría, quien dio el visto bueno para el ingreso de García como viceministro. Otras dos investigaciones fueron precluidas en el año 2017, una por irregularidades en las condiciones de los contratos y licitación en la vía de la prosperidad en Antioquia, el más importante proyecto vial de ese departamento y una doble vía en el departamento de Cundinamarca que benefiaba las tierras de Tomás y Jerónimo Uribe, aumentando considerablemente su valor. Esas son historias inconclusas y de las que por este hecho, se beneficiaron directamente terceros con la muerte del ingeniero Gallego. Ciertas o no ciertas, comprobadas o no, solo con el tiempo podremos estar seguros de lo que realmente pasó, mientras tanto, que brille la luz perpetua para él.
Causa escozor que a la entrada del túnel, oso de ante ojos, se descubrió un busto del ex ministro, creo que es inmerecido y es la apropiación falaz que hace el centro democrático con su reconocido oportunismo los logros de otros gobiernos, además del mediático despliegue de información que si no es falsa del todo, si es muy imprecisa. Veamos: De acuerdo con cifras conocidas, Santos recibió este proyecto con solo un 5% ejecutado y lo entregó en un avance de más del 85 %, lo que incluía la construcción de viaductos en un 87 %, de los túneles cortos en un 80 % y de los revestimientos en un 67 %. Los sobrecostos que pasaron de un 500% y lo más delicado la forma contratación desplegada en el gobierno Uribe, permitió entregar el total del valor de la obra a los contratistas.
El presidente Duque sonríe feliz como en pasarela, agita las manos cual pretidisgitador profesional que es; vocifera, sube a tractomulas y a otros vehículos con el acompañamiento de cámaras de los medios de comunicación invitados, convencido que esta pantomima forzada nos arrastra inminentemente a su lado, nos afilia a esa secta de la cual hace parte como acólito de corrupción y tempestades vigentes.
No, no nos dejemos confundir, lo espiritual dejémoslo ahí, los terrenal es otra cosa, El expresidente Uribe, repitió siempre y hasta la saciedad que Gallego había sido uno de los ministros más transparentes de su gobierno, ¿será que si? ¿Un ángel en medio de demonios?, muy lejano a los buenos muchachos que siempre lo han rodeado. Creo que el mejor espacio para el busto del finado Andrés Uriel es el Ubérrimo, al lado de su patrón, como el más fiel escudero.