Nuestro mentecato sub.

Por: Leonardo Franco Arenas – www.latardedelotun.com

_______«Lucha por las cosas que te importan, pero hazlo de una forma que lleve a que otros se te unan». Ruth Bader Ginsburg.

La opinión pública ha considerado a Duque casi unánimemente dueño de los más descalificadores adjetivos, términos que a ningún otro presidente en ejercicio de poder se le han atribuido; pregunto, ¿hasta qué punto serán ciertos, justos?, o este actuar del sub es simplemente parte de una estrategia maquiavélicamente planeada desde adentro, para desviar la luz de los reflectores de problemas más graves, y porque no, a través de la manipulación de los medios, llegar a añorar como lo hacen algunos, al verdadero dueño del poder detrás del trono.

Parábola del Rey tonto – León Tolstoi

«Había una vez un rey, al que le gustaban muchos los trajes bonitos, y sólo pensaba en vestirse del mejor modo posible. Cierto día dos sastres fueron a verlo y le dijeron: – Podemos hacerte un traje tan hermoso como nadie ha tenido nunca y, además, tendrá la ventaja de que aquel que sea tonto no podrá verlo. Sólo los inteligentes serán capaces de ver el traje. El rey se alegró al oír la oferta de los sastres y les encargó el vestido.

Les dieron a los sastres las mejores piezas de seda y terciopelo para que empezaran a confeccionar el traje. Cuando pasaron unos días, el rey envió a un ministro suyo para saber cómo iban los trabajos. Los sastres enseñaron al ministro una percha, donde no había nada colgado, y le dijeron: -El traje ya está listo. Y, como el ministro sabía que el que fuera tonto no podía verlo, fingió que lo veía y los felicitó. Llevó la percha vacía al rey y el rey también fingió verlo. Se quitó el traje que llevaba y ordenó que le pusieran el nuevo. Cuando el soberano salió a pasear por la ciudad, todo el mundo veía que iba desnudo, pero nadie se atrevía a decirlo, sabiendo que únicamente los tontos no podían ver el traje.

Todo el mundo seguía fingiendo ver el traje hasta que, de pronto, un niño se fijó en el rey y dijo: -Mirad, el rey se pasea desnudo por la ciudad. El rey entonces, se miró a sí mismo y se puso todo colorado. Y toda la gente empezó a reírse al ver al rey desnudo por la calle.»

Mucho se ha dicho de la vanidad mediática del presidente, las primeras salidas al exterior, y sus desconcertantes metidas de pata, se ha visto entre dos características conductuales:

  1. Incipiente estrella del espectáculo de una república bananera, con shows en el Bernabéu, el palacio real de España, la UNESCO y los 7 enanitos, en la ONU con fotografías falsas etc. Solo unos ejemplos en lo internacional; en lo doméstico pena ajena con, Maluma, JBalvin, Silvestre Dangond, cantando un gol con William Vinasco, divo televisivo en su programa de las 6 pm etc..etc…etc.
  2. Incipiente dictadorzuelo en cuerpo ajeno, se entiende que el hombre no tiene las espuelas para acometer por iniciativa propia semejantes muestras de facho del siglo 21, ¿o sí?

Reza el refrán popular que “lo que mal comienza mal acaba” y el día de su posesión, el ventarrón que se desató sobre la plaza de Bolívar de Bogotá no tiene precedentes, igualmente el destemplado y sesgado discurso del presidente del Senado, Ernesto Macías; estos dos personajes colocaron en claro esa oscura tarde, que, por encima de todo, su lealtad inconmensurable es con el Ex presidente Uribe, lo vimos en vivo y en directo por televisión, las lágrimas del recién posesionado jefe de estado al saludar al verdadero jefe. Así con la cabeza gacha, asintiendo a todo lo que dice el que manda y soportando las reprimendas, algunas públicas, con verdadero estoicismo. Duque es un advenedizo que escaló a partir de su irrestricta sumisión al poder, está comprometido a no ser catalogado de traidor como Santos, por eso su comportamiento subordinado, además ya logró coronar su cima, a lo máximo que podía esperar, ser, el correveidile del ex senador, el hombre de los mandados, así sean los más mezquinos y tenebrosos, dictados por el ladino y maquiavélico patrón.

El poder de estos personajes, el CD y una parte de la población colombiana, está cimentado en parecer más inteligentes que los demás, de ignorar la desnudez de sus principales figuras a pesar de lo evidente de sus carencias, ellos siempre pretenden tener la última palabra y en muchos casos, la última bala represiva. Todos hacen las venias, rinden una pleitesía que raya en lo más abominable de una secta, sus ignominiosas estrategias pisotean los derechos y la dignidad de las personas.

El derecho a la protesta, es un derecho constitucional, ¡NO a su satanización!

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