___ Países desarrollados, los que denominamos del primer mundo están visiblemente preocupados por el crecimiento del Covid-19 en las últimas semanas en sus territorios. España, Gran Bretaña, Francia, Italia entre otros, están generando nuevas estrategias para el control de la pandemia y en el mayor de los casos, volviendo a las que adoptaron hace unos meses cuando inició la propagación del virus. Cabe indicar que científicos, autoridades y estadígrafos de la mayoría de países estaban consientes que surgirían nuevos rebrotes o picos de contagio y muertes asociadas a medida que pasan los días y se acerca el invierno en esas latitudes. Lo que no estaba previsto era la magnitud con que está volviendo esta segunda ola, de nuevo las camas UCI disponibles se han reducido, y si bien las estadísticas de fallecimientos no son tan dramáticas como en meses pasados, si son por demás preocupantes las cifras de contagios que crecen día a día. Las autoridades en España por ejemplo, han establecido controles más duros a los ciudadanos, prohibiendo reuniones, eventos y nuevamente analizan la implementación de medidas extremas, encerrar nuevamente a los españoles por quince días. La mayoría de las instituciones educativas a todo nivel están vacías y solo, con excepción de algunos casos, se hace presencial. En otras naciones están en esta misma ruta de acciones, en EEUU las medidas son inciertas, se conoce la posición del presidente frente a este tema y solo hasta que se inicie otro periodo (Trump o Biden) no se tendrá certeza sobre estrategias serias frente al Covid.
En Colombia estamos casi que en el mismo plano de los gringos, con la diferencia que Duque da la impresión de estar muy preocupado con el tema, aunque lo que hace realmente es bien poquito. Tenemos la percepción general de dos líneas que identifican al ejecutivo, la primera su tele perorata diaria por TV dando cifras, la mayoría de las veces amañadas, estadísticas que le acomodan sus asesores según las necesidades de la audiencia; de acuerdo a esto varía la cara del primer mandatario, de angustia a optimismo pasando por aburrimiento (casi somnolencia). La segunda, sacar a la gente a producir o como lo dice sin empacho “reactivar la economía, es lo que importa “, según eso dedujimos que, a criterio del gobierno la obligación de enfrentar la propagación del virus y la muerte es individual y no del estado, aquí no existe responsabilidad social y menos estatal. Para Duque y quienes lo rodean, el compromiso que tienen es con los dueños del aparato productivo para que sigan aumentando su riqueza, así sea con el riesgo mortal de los trabajadores, algo parecido a la guerra en Colombia, los privilegiados la ven desde una gran y confortable sala a través de pantallas, la realidad no los toca. Los contagios aumentan, los muertos se multiplican, nuevos picos se avizoran, en resto del mundo toma medidas drásticas y de fondo, en Colombia no pasa nada, quienes tienen esa responsabilidad la descargan en la ciudadanía. Que podemos esperar, es DUQUE!