El alcalde Maya y la seguridad ciudadana.

Editorial – www.latardedelotun.com

____ El PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) da un enfoque preciso a la seguridad ciudadana y comunitaria, como marco para atender las causas potenciales de los delitos y de la violencia; plantea la seguridad ciudadana como un  “proceso para establecer, fortalecer y proteger el orden civil democrático, eliminando las amenazas de violencia en la población y permitiendo una coexistencia segura y pacífica”; considerándolo un bien público que implica “la salvaguarda eficaz de los derechos humanos inherentes a la persona, especialmente el derecho a la vida, la integridad personal, la inviolabilidad del domicilio y la libertad de movimiento”. Deja en claro que la seguridad ciudadana, no trata simplemente de “la reducción del delito sino de una estrategia exhaustiva y multifacética para mejorar la calidad de vida de la población, de una acción comunitaria para prevenir la criminalidad, del acceso a un sistema de justicia eficaz, y de una educación que esté basada en los valores, el respeto por la ley y la tolerancia”.

A partir de este enunciado de carácter universal, si queremos abordar los problemas locales en este tema, las falencias de las estrategias aplicadas en nuestra ciudad saltan a la vista, el simple sentido común al abordar estas líneas de acción muestra la incompetencia y desaciertos de esta y anteriores administraciones. Para muestra un par de frescos botones, la venta telefónica y por WhatsApp de certificados negativos de pruebas PCR para viajes internacionales, la especulación y el mercado negro con insumos y elementos sanitarios y farmacéuticos; ahora bien, estos son los síntomas más benignos de ese cáncer que carcome la ciudad y el área metropolitana; los homicidios, el robo continuo, sin importar la hora ni el lugar a  que esta siendo sometida la ciudadanía, atracos a mano armada con acciones violentas incluidas a locales comerciales, entidades bancarias. En todos los rincones de la ciudad hay una percepción creciente de inseguridad agravada por la impunidad reinante, el tráfico de armas, de drogas, de personas, de órganos están a la orden del día, pero esas cifras de delitos tan graves se ocultan, no son socializadas con la ciudadanía.

En lo transcurrido de este año el alcalde Maya ha realizado una aceptable labor, reconocemos que el impacto causado por la pandemia dejó poco margen de acción a los gobernantes en Colombia y el mundo. Alcalde, la arrogancia es mala consejera, rodearse solo de lambones poca credibilidad genera, escuchar solo a su círculo más cercano lo hace sordo al clamor ciudadano y torpe al tomar las decisiones. Alcalde Maya, escuche a los ciudadanos, a los gremios, tenga la humildad aconsejable para los dignatarios, de esa manera se sintonizará con los habitantes de la ciudad y estos temas mejorarán, tome decisiones acordes a estrategias enmarcadas en una política pública de seguridad ciudadana de manera integral.

Colofón: Tampoco es aceptable el oportunismo de un ex candidato haciendo campaña negra con este tema.

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