EDITORIAL – El baile de los difuntos.

El baile de los difuntos.

www.latardedelotun.com

____ Muy difícil estar en los zapatos de los gobernantes en este tiempo de pandemia, son ya trece meses en los cuales, cada paso que se da para el control del virus es casi de manera tentativa, en palabras claras, estamos dando palos de ciego. En un comienzo, aplaudimos con vehemencia y salimos los ciudadanos de Pereira y Risaralda, a defender a nuestros gobernantes, se dieron “la pela” de adoptar estrategias impopulares que, si bien podían afectar su imagen, iban en el sentido correcto como asumimos la mayoría. En las mediciones realizadas por los medios de comunicación y las firmas especializadas en encuestas, nuestros mandatarios estuvieron muy por encima de otros de diferentes regiones y por mucho, de lo que marcaba la opinión sobre el desempeño de Duque frente al Covid. No se nos puede olvidar que tanto Tamayo Vargas como Maya López fueron en contravía de las directrices nacionales en muchos casos, se manejaron estrategias similares y el impacto del virus en esta región fue menor en contagios y sobre todo en muertes, aplaudimos de pie su valentía, seriedad y autoridad al imponer medidas impolíticas a sus gobernados.

A medida que pasó el tiempo y por la presión desde los gremios de la producción, se relajaron los controles y se abrieron paulatinamente los sectores económicos, sobre todo en la capital, la percepción diaria luego de levantar las medidas restrictivas, fue como en el colegio al sonar la campana, los infantes se desatan y salen felices sin que nadie los controle; más adelante, se abrieron con algunos controles de bioseguridad los establecimientos de gastronomía y diversión, en horarios que según las autoridades debían ser los adecuados para el control del Covid; falsas expectativas, a una persona en estado de alicoramiento no la controla nadie, ni a punta de consejos, ni de amenazas efectivamente no entiende. Los controles en el transporte masivo no se han visto, se hicieron unas pocas intervenciones, pero solo sirven para la percepción social, un solo ejemplo, en Megabus el riesgo de contagio es altísimo, el sobre cupo de los articulados especialmente en horas pico ha sido el pan diario desde el comienzo de la pandemia, su gerente ha estado en el ojo del huracán y siempre ha sido de conocimiento público la incapacidad para diseñar una estrategia efectiva en el sistema.

El centro de la ciudad y en algunos barrios, el movimiento humano a diario es incontenible e inmanejable, vendedores ambulantes, compradores, curiosos (familia miranda) desocupados, adultos mayores, mantienen las principales calles de estos lugares atestadas, los controles en los ingresos a comercios no se están haciendo y el distanciamiento humano es un saludo a la bandera, lo mismo que el pico y cédula (por motivos económicos un comerciante, no le niega el ingreso a un potencial comprador). Los resultados no se hicieron esperar y las mediciones del virus comenzaron a subir, descontroladamente, hoy tenemos una ocupación del 100% en las camas UCI en Pereira y un porcentaje muy cercano en los demás municipios del departamento.

Ahora vienen las coerciones por parte de los comerciantes de los sitios de comida y diversión, cuando la alarma está encendida no solo en el país si no en todo el mundo, por vías de hecho para que se les permita abrir sus locales, entendemos perfectamente sus razones pero no las podemos compartir, muchos han quebrado, al día de hoy la mayoría está al borde del abismo, el desempleo es alto y las pérdidas para el sector son gigantescas, pero hay que ser cuidadosos.

El gobernador en una decisión que aplaudimos está de acuerdo con incrementar las medidas restrictivas para preservar la vida, el alcalde Maya por el contrario piensa que con medidas menos fuertes y “manejables” puede controlar el Covid en la ciudad, parece estar improvisando, anteponiendo intereses electoreros antes que salvaguardar la vida de sus conciudadanos. Son pues dos posiciones diametralmente opuestas, lo peor es que como en el caso de algunos hospitales en el país, médicos priorizan a quien atienden, para quien es una cama, la tarea de Dios, quien muere y quien se salva.

Solo hay que pensar que si los niveles de contagio y la mortalidad siguen en aumento ¿a quienes atenderán en estos sitios de diversión próximamente? Será “El baile de los difuntos” Mucho cuidado alcalde. Es la vida o el comercio por unos días, no por la eternidad, usted decide.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *