Conmilitón de la gente de bien.

Por: Leonardo Franco Arenas – www.latardedelotun.com

___ Lara..Lara..Laraaa. En una telenovela, quizás la última exitosa del canal RCN, el antagonista repetía esta letanía cuando el protagonista la embarraba. La traigo a colación por la última y no muy desapercibida metida de pata del senador Rodrigo Lara, linaje del inmolado líder del nuevo liberalismo del mismo nombre, pero, que no heredó las mismas calidades éticas, humanas y políticas de su padre; asesinado por el narcotráfico cuando se desempeñaba como ministro de justicia, había declarado una guerra frontal contra los carteles, hasta esos días los narcos pasaban de agache con el beneplácito del estado y parte de la sociedad colombiana, los conocidos “mágicos” de la época.

Retomando, Larita Júnior, llegó al senado hace ya varios años esgrimiendo un delfinazgo en la política calentana heredada de su papá y el oportunista acompañamiento de conciliábulos bogotanos que tras bambalinas definen sus cartas políticas. Siempre se ha caracterizado por sus acomodados cambios de acuerdo a sus intereses, respaldos al gobierno de turno a cambio de mermelada, participación en diferentes grupos como sapiente contorsionista de la política y un camaleónico andar por el congreso.

Hace unos días despotricaba lanzando rayos y centellas contra todo lo que oliera a Duque y al gobierno, animando a censurar las políticas económicas y sociales que se pensaban implementar; un adalid de la lucha social , que defiende la conveniencia de un cambio en la estructura del estado, pensarían los desprevenidos; pero como diría otro personaje de telenovela: “Las pelotas del marrano” pura carreta, falsas resultaron esas declaraciones, votó a favor de mantener al ministro esgrimiendo baladíes razones para hacerlo, a pesar de las circunstancias actuales del país.  Dice, “Estamos librando una guerra híbrida, en la cual el narcotráfico, los guerrilleros de narcotalia y los vándalos, son financiados desde el extranjero para librar esta toma del estado” Salió con la credibilidad y la imagen maltrecha, peor aún, como conmilitón de esa franja que pretende mantenerse en el poder a cualquier costo.

Uno más que queda al desnudo con sus pequeñeces sociales exhibidas, esperamos que en las próximas elecciones y en futuras aspiraciones sea borrado del mapa político colombiano, ¿se lo merece, verdad que si? Lara…Lara…Laraaa, esta vez la metiste hasta el fondo

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