Espacio público, cada día más privatizado.

Por: Leonardo Franco Arenas

La recomendación internacional para el espacio público por habitante es de 15 metros cuadrados. En Colombia esta medida se reduce a 4 metros cuadrados y en nuestra ciudad se encuentra por debajo de esta promedio. La ocupación del espacio público en Pereira ha sido históricamente un problema de grandes proporciones y de nunca acabar, recordemos el grave incidente que se presentó en la alcaldía de Marta Elena Bedoya y otros conatos de violencia por el manejo a esta situación en otras épocas, generalmente por parte de vendedores ambulantes en las calles de la ciudad. La presión económica y sobre todo social que recibe la ciudad por parte de los migrantes “que a sus lares llegan” en búsqueda de oportunidades para ellos y sus familias (nacionales y útilmente extranjeros) han acrecentado este fenómeno que reduce el espacio público y por ende el mejor vivir en la Perla del Otún.

La crisis que se observa en las calles por la ocupación del espacio público, se ha hecho común y un hecho del día a día debido a las diferentes actividades de carácter legal o ilegal que se desarrollan en las calles: Comercio, estacionamiento, venta de estupefacientes, prostitución, entre otros. Lo cierto es que intereses privados, individuales y de organizaciones delincuenciales, de manera abusiva, a la fuerza y en contra de las normas se han apropiado de las calles, del espacio público privatizándolo, cuando este es un bien común.

El alcalde mira hacia otro lado, no ha sido el único, los intereses electorales se imponen sobre las responsabilidades de su investidura. “Esos voticos” como dicen los políticos no se van a poner en riesgo y menos en estos momentos cuando su jefe político está en campaña. También hay fuerzas oscuras “dueñas” de las calles, de las esquinas, venden aguacates, verduras y todo tipo de mercancías, puntos estratégicos donde montan, ya no un carrito de dulces, si no casetas con piso de concreto, estructuras de acero y lámina que no cuestan tres pesos, estas últimas hacen parte de redes delincuenciales que, con el tiempo venden y negocian por altas sumas de dinero el espacio público. ¿Quién controla esto?

Alcalde Maya, imponga el orden. De todas maneras, sus conciudadanos estamos tomando atenta nota de su gestión para un futuro, habrá tiempo de cobrar esa deuda a usted u sus amigos en las urnas.

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