“Caminante no hay camino; se hace camino al andar”

ÓSCAR AGUIRRE GÓMEZ.

“Caminante no hay camino; se hace camino al andar”, dice Antonio Machado en su conocido poema. Transcurrido casi un cuarto de siglo XXI, la humanidad sigue su marcha, a pesar de que se  avizoran tiempos difíciles por la acentuación del cambio climático, el aumento del nivel del mar, inundaciones, y vientos catastróficos. Es indudable que se acercan grandes transformaciones —en diferentes órdenes— en la Tierra. No obstante, el panorama parece tenernos sin cuidado. “… y al volver la vista atrás/ se ve la senda que nunca/ se ha de volver a pisar”, agrega Machado. Quien no conoce la historia, sin embargo, está condenado a repetirla. El antiguo Egipto basaba gran parte de su saber en su lejano pasado. A medida que se anda, se forja nuestro destino, el cual se va haciendo con nuestros pasos. Es decir, vislumbramos el horizonte que domina nuestros pensamientos. Nos dirigimos inevitablemente hacia aquello que marca la pauta de la existencia personal. Y en ello tiene que ver mucho el pensamiento. Un hombre es lo que piensa todo el día. Aún es tiempo de emprender un viaje de autoconocimiento: Quiénes somos, de dónde venimos, hacia dónde vamos. Si pensáramos más en esto, no estaríamos tan “ocupados” en forjar riquezas materiales que, a la larga, nos destruyen,

Vivir implica conocer, pero antes de conocer debe haber una predisposición al conocimiento. El mundo que conocemos nos enseña a recorrerlo en la medida en que se abra ante nosotros. La pandemia universal que se ha desatado por causas aún no precisas, a pesar de su dolorosa realidad, debe ser un motivo más de avance. Es una gran experiencia que debe motivarnos a seguir adelante. No podemos estancarnos: el mundo sigue.

Entre los recuerdos y las expectativas, oscila el presente con su inevitable trajín, que nos impele a trabajar y esperar. Debemos crear un camino vital, casi que personal, ante el desconcierto que nos causa un mundo que se agita constantemente. Si por allá llueve, por aquí no escampa, como reza el dicho. Nos hallamos todos en la misma barca que se abre paso por entre un agitado océano. Pero, nos reitera Machado: “Caminante no hay camino
sino estelas en la mar”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *