Denuncia pública, amenazas.

Por: Leonardo Franco Arenas – www.latardedelotun.com

_____ Como  espada de Damocles penden sobre mí las amenazas que desde hace un tiempo y de manera reiterativa han hecho sobre mi integridad y mi vida con el propósito de amedrentar, acallar, tratando de amordazar de manera siniestra y agresiva los escritos que desde el medio digital www.latardedelotun.com y la tribuna de opinión en el perfil de Facebook, hago sobre la realidad política, social y económica de la región y el país. Las amenazas también llegaron a involucrar otro miembro de mi familia, como resultado, a mi hijo mayor con su esposa y bebe de menos de un año le tocó salir de Colombia.

Las denuncias correspondientes se han hecho ante las instituciones encargadas de estos temas y de salvaguardar la vida de los colombianos: Secretaría de gobierno municipal, Personería, Defensoría del pueblo, Meper (policía metropolitana) y UNP. Posteriormente he enviado información a la SIP y estoy radicando una solicitud a la CIDH. Aparte de una charla que amablemente fue realizada por los diferentes componentes de la policía, la articulación al cuadrante correspondiente y las recomendaciones generales de esta institución y el envío del formulario de solicitud de inscripción a los programas de protección liderados por la UNP solicitado por ellos mismos, no he visto otros acompañamientos salvo algunas llamadas.

Debo esperar un estudio de riesgo que puede tardar de tres a cuatro meses, según lo han informado y en el mejor de los casos por escasez de recursos y la cantidad de amenazados de muy alto riesgo en el país, me proveerán: un botón de pánico ¿? Un chaleco si hay disponibles y los números celulares del cuadrante, estos ya los tengo, e implementar por cuenta y riesgo el auto cuidado (mantener encerrado).

Las amenazas no sé de dónde provengan, que callos he pisado, a quien o quienes he incomodado con mis columnas de opinión y comentarios, pero ahí están. Por lo pronto seguiré escribiendo y ahora con mayor razón porque se acercan las elecciones y es un momento histórico para Colombia por los acontecimientos de los últimos meses. La realidad política y la sensibilidad social han cambiado, tenemos una responsabilidad y no la dejaremos de lado. He difundido la protesta social durante el último año y denunciado la cooptación arbitraria del Estado. No cejaré en este empeño.

Algunas personas que, por su experiencia y conocimiento en estos temas, creía podían me apoyar brillaron por su ausencia o mejor, por su silencio.

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