
EDITORIAL – www.latardedelotun.com
______ Este es un tema sensible que siempre levantará ampollas, perpetuamente encontrará defensores y detractores, es la contraposición que ha existido en la historia del ser humano. Importante resaltar que la espiritualidad humana está definida como la conciencia en un ser que no se manifiesta materialmente, está ligada a un algo superior, sobre todas las cosas.
La religión está definida como el conjunto de creencias o dogmas acerca de una divinidad, los sentimientos de veneración y temor hacia ella, las normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto. (RAE). La fe es a lo recurre el hombre cotidianamente ante una situación, por convencimiento o formación espiritual, es el conjunto de creencias de una religión y se constituyen en su base, los seguidores o fieles se comprometen a unas normas que están contempladas y son suministradas por los jerarcas religiosos.
En el mundo hay cinco grandes religiones: cristianismo, islamismo, hinduismo, budismo y sintoísmo, cada una ha jugado un papel fundamental en la vida de las personas que las practican en todos los rincones del mundo, hoy, han ampliado fronteras saliéndose de los límites geográficos que las enmarcaban antiguamente.
El adoctrinamiento es la acción de inculcar o alinear a las personas con respecto a ciertas creencias o principios con una finalidad en particular, una de esas formas es el adoctrinamiento a través de dogmas de carácter religioso, en la historia de la humanidad hemos sido testigos de lo que ha significado en términos sociales, culturales y políticos, grandes conflictos se han desatado por temas religiosos, las guerras santas.
Todo lo anterior para contextualizar lo que sucede en el mundo, especialmente en Latino América y particularmente en Colombia, durante los últimos quinientos años se han presentado escisiones en el cristianismo, el catolicismo que fue durante muchos siglos la base de esta denominación religiosa sufrió varios cismas, el más abrupto y costoso el del protestantismo bajo la llamada reforma protestante en el siglo XVI, liderada por Lutero. Posteriormente en los siglos XVIII y XIX se vivió una amplia diáspora de nuevas denominaciones, especialmente en Estados Unidos, metodistas, bautistas, pentecostales, adventistas entre muchas. Estas denominaciones migraron hacia terrenos fértiles sobre todo en América Latina, allí encontraron el caldo de cultivo perfecto para multiplicarse de manera rápida y efectiva, luego vinieron los testigos de jehová y mormones. En nuestro país, tierra abonada para este tipo de salvamentos espirituales se multiplicaron en los últimos treinta años como las tiendas de barrio, hoy día en casi cada cuadra de los estratos bajos y medios en cuidades y pueblos de la geografía nacional hay una iglesia cristiana. Han ido peleado palmo a palmo el territorio y los feligreses al catolicismo que dominaba desde hace cinco siglos la nación, están en garajes, casas de familia, galpones, coliseos etc. La sociedad en general los acogió por diferentes circunstancias, los más necesitados por el mensaje de la predica desde los púlpitos: Resignación y humildad, Dios proveerá, si no en la tierra, serán felices en el reino de los cielos, las mismas estrategias utilizadas durante siglos por la religión católica. Las clases medias y emergentes están aquí para conservar lo que tienen, aferrándose al convencimiento que las personas buenas las hace la asistencia al culto y el diezmo. Los estratos altos por el dominio de la grey, desde allí se empoderan del mensaje y manipulan la iglesia para sus beneficios particulares, sus conveniencias sociales, económicas y también las políticas.
Prácticas como la teología de la prosperidad o el evangelio de las ofertas son una manera de manipular a los feligreses, ahora está el miedo como forma de influir en la parte mental y actitudinal de estos para obligarlos de manera “voluntaria”, a votar por los candidatos que le convienen a la iglesia.
Las conocidas iglesias cristianas evangélicas y demás, son arte y parte en la vida política del país, esto pudiera ser un avance positivo si realmente los preceptos de estas denominaciones fueran aplicados cabalmente, la realidad es que no es así, sus actuaciones son para el beneficio de pequeños grupos de dirigentes religiosos, lo mismo que sucede en el catolicismo.
No se puede ser buen cristiano si se apoya a políticos reconocidos como genocidas, desplazadores y ladrones.
No se puede ser buen cristiano si en las prédicas satanizan a quienes realmente hacen el bien por los más necesitados.
No se puede ser buen cristiano el que en esta época no esté enterado de quien es quien en el escenario político del país y no obre en consecuencia.
“El cristianismo podría ser bueno, si alguien intentara practicarlo, según George Bernard Shaw”