EL PÁNICO ECONÓMICO DE POBRES Y MIGRANTES.

Por: Leonardo Franco Arenas – www.latardedelotun.com

_____   La diversidad de opinión es tan amplia que cada colombiano haciendo uso de su derecho a expresarlo lo hace, es constitucional. Hay temas de vital importancia para el país, hago hincapié en vital porque es la vida la que está en juego, veamos algunas cifras escalofriantes de muerte en Colombia, 6.402 falsos positivos, 70 masacres en el 2020, 96 en el 2021, en lo transcurrido del 2022 se ha presentado una masacre cada dos días. 227 defensores del medio ambiente, 81 líderes sociales y comunales asesinados en el 2020. Desde 2016 hasta el 2020 han asesinado 269 líderes indígenas, 242 después de la firma del acuerdo de paz. 145 líderes sociales y defensores de derechos humanos asesinados en 2021, esto no lo podemos olvidar. Registros pavorosos que indican de manera inequívoca la espiral de violencia desatada en el país desde que se acuño esa infausta frase de Fernando Londoño “hacer trizas ese maldito papel que llaman el Acuerdo Final de Paz con las Farc”, con estas palabras señaló el camino que debía seguir el gobierno uribista de Duque, sin mayor esfuerzo lo han tratado de hacer desde entonces, manteniendo el clima de guerra para tapar los hoyos negros donde los recursos económicos, ambientales del país se esfuman a manos de un corrillo de corruptos, de bandidos de cuello blanco que manejan los brazos armados de las bandas establecidas en la nación. Volvamos al tema central, vital es sinónimo de esencial, es lo relativo al bien más preciado, la vida. Como seres humanos podemos dialogar, opinar, discutir, analizar, argumentar, estudiar, analizar etc., sobre política, sobre futbol o religión que son los temas que más escozor o disgusto levantan, es un derecho fundamental y además es una práctica madura para vivir en sociedad. Lo que no se puede pasar por alto es la desinformación, la irresponsabilidad de desconocer lo que ha sucedido en nuestro país los últimos 20 años, tratar de manera amañada y mentirosa documentar falsamente y pretender legitimar lo que ha pasado. Dos frases que encontré de un par defensores a ultranza del establecimiento, uno acérrimo uribista “se inician las expropiaciones en Chile, mucho cuidado”. Otro, un inmigrante para quien las oportunidades fueron le castradas en su país, la accesibilidad a educación superior y oportunidades laborales, estas se limitaron al bachillerato, el Sena y al mínimo, por estas circunstancias y como en muchas otras historias, le tocó migrar, ahora dice con respecto a las elecciones futuras, «De todos los males, el menos peor», el peor es la izquierda. Para esto en su argumentación recurren ambos, al manido recurso del miedo, el miedo como arma de manipulación, tema sobre el cual ya he escrito. Hombre, podemos discutir, argumentar de manera seria un tema tan importante, de vital importancia para Colombia pero no hacer el juego de manera irresponsable al establecimiento, de uno, se entiende que defiende su posición dominante dentro de un partido político e intereses personales, lo conocemos, pero el otro, alguien que le tocó por falta de oportunidades salir de la tierra en busca de una mejor calidad de vida, que desde lejos analiza y opina sobre lo mejor para su país sin vivir en él, no lo entiendo, discrepo totalmente de esta posición. Es insensato defender de manera vehemente lo que, según ellos, debe seguir pasando en Colombia con argumentos baladíes, falaces, carentes de seriedad y compromiso ciudadano. ¡Cuidado! uno es alfil creador de contenido del uribismo, el otro un simple difusor, una herramienta del establecimiento para emitir falacias y patrañas. Es momento de cambiar la historia. No son los pobres ni los migrantes quienes se deben preocupar por una transformación de Colombia, los corruptos, monopolios y asesinos, esos sí. Ténganlo en cuenta.

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