MATÍAS Y LA TRASCENDENCIA

De su último libro, LECCIONES DE FILOSOFÍA CON MI NIETO MATÍAS.

Por: Profesor Carlos Saracay Rivas – www.latardedelotun.com

_____  Matías tiene una especial mirada, no es rápida ni distraída, es fija y concentrada. Y en muchas ocasiones no es hacia un sólo punto fijo, a una persona u objeto. Él deja la mirada abierta y proyectada hacia algo más allá, como si se tratase de mirar hacia la trascendencia, hacia el mismo infinito.

Entonces, preguntémosle a él ¿De qué trata esa mirada?, ¿Qué es la trascendencia?, ¿Qué es el infinito?

Mirar hacia la trascendencia es mirar un poco más allá de donde vemos, es decir, más allá del contexto físico que nos rodea, es mirar hacia las posibilidades que tenemos de seguir viviendo y pensando, hacia un futuro que tenemos que conquistar tesoneramente, hacia la muerte, la nada o el infinito incierto, es una mirada enamorada de tantos otros ojos que tendrán que venir, ciudades, paisajes, países, eventos, alegarías y tormentos, enredados en una vida que vale la pena vivir.

La trascendencia es tanto como la continuación del “uno mismo”, prolongación enamorada del yo, hacia los demás, hacia familiares, maestros, tantas personas y el mismo ambiente cultural y natural, que va configurando un yo cada vez más amplio, proyectado hacia la inmensidad… Rompiendo, por supuesto, el cerco del egoísmo. Es querer y amar lo que va rodeando el yo… creciendo y haciendo crecer lo que nos va rodeando, tanto como a las personas que nos van rodeando. Es lanzarse a la historia, caminar hacia el infinito.

Podríamos decir que es lanzarse al infinito, como cuando te lanzas a la piscina o al mar…. Se crean hondas de energía que se van y se van… por la historia y el universo, en una dinámica incesante y permanente que constituye el DEVENIR.

Mati, espontáneamente o por condición genética, biológica, tiene esta mirada… Se dispone en búsqueda, frente a la incertidumbre que implica la inmensidad…  el infinito. Es una mirada no solamente enamorada, emocional, sino también cognitiva; pista hacia un largo y complejo vuelo que es el conocimiento y el amor. Por eso trascender no es solamente conocer lo otro y los otros, la naturaleza y lo humano. No, es también amarlos, enamorarse de ello.

En la acción de trascender se reúnen dos adagios, principios o condiciones éticas: El conócete a ti mismo de la cultura griega y el, dado como mandamiento en la cultura hebreo-cristiana, amar a los demás, o al prójimo.  como a sí mismo. El “sí mismo” es corto, es un pequeño ego, que habrá que ir engrandeciendo con las demás personaos, con el paisaje, la cultura que nos rodea y, muy especialmente con el conocimiento.

Vamos, mi pequeño Mati, sigue con esa mirada hasta que seas muy grande, hasta donde nos la vida lleve …

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