LA RIFA.

Autor: Leonardo Franco Arenas – www.latardedelotun.com

  •   … el ganador es!!!

________Cartago finales de los 90, la situación económica no era la mejor y el hombre estaba allí de pie sobre una banqueta de madera, poniendo algo de suspenso y melodrama al anuncio, en la mano conservaba el número del ganador. Los invitados en su mayoría hombres, estaban expectantes, pendientes del resultado, sus semblantes atentos, no perdían detalle de lo que decía el anunciador que, dirigiéndose a los asistentes buscaba darle largas a las esperanzas del grupo prolongando el momento final, ese, donde solo uno de ellos sería el afortunado ganador…

  • ¡Señores! Levanten sus copas vamos a hacer un brindis anticipado por el suertudo… ¡envidia me da no haber comprado una boleta de las 20!
  • ¡¡¡Qué brindis ni que nada!!! Diga de una vez quien ganó, entregue el premio y listo…
  • Calmado doctor Peralta…tranquilito que ya lo vamos a saber, aquí tengo el número del triunfador, mientras tanto, levanten sus copas…nos vemos en la próxima rifa, ¡salud!

Todos de pie levantaron las copas, no de vino francés o vinillo de la Unión, humildes pero espirituosas copas aguardienteras, los calculados últimos tragos que quedaban de esa grandiosa noche. Todos respondieron en coro, con el entusiasmo que provee al ser humano, el deseo y la fantasía de ganar.

  • ¡¡¡Salud!!! Gritaron

Fue tanto el alboroto y el ruido que solo se percataron de lo que pasaba cuando en la mitad del salón, una voz fuerte, acostumbrada al mando gritó…

  • ¡Todos contra la pared!
  • Mierdaaaa, la policía

Se formó el maremágnum, el coje coje, algunos trataron de correr escaleras abajo, otros se precipitaron hacia los baños, pero, los seis agentes y el suboficial al mando les cerraron el paso.

  • Señores, contra la pared…es una requisa, sus documentos por favor. ¿Quién es el organizador de la fiestica? Todas las cabezas giraron hacia el hombre de la banca y los ojos acusadores anticipadamente lo delataron. Con un ademán, el policía al frente del operativo lo hizo llegar a su lado, en ese desplazamiento el papel con el número ganador se le soltó de la mano y como en cámara lenta seguido por la mirada de los invitados y la policía, iba cayendo hacia el abrillantado piso. La primera reacción del corro fue dar un paso hacia el lugar donde caería el papel, todos al tiempo, los policías expectantes… ¡Quietos! ¡quietos todos! Gritó el hombre y de un salto puso el zapato encima. De manera exagerada, teatral si se quiere, haciendo casi una reverencia se agachó, tomo el papel doblado y lo guardó en el bolsillo del pantalón.
  • Un momento…quien habló fue don Arnulfo, propietario de dos puestos de expendio de carne en la galería, con status de ganadero…un momentico hombre… antes que nada diga quien es el ganador, tenemos el derecho…
  • La camarilla rugió al instante… ¡Siiii! quien fue el afortunado, exigimos saberlo…
  • Que derecho ni que derecho terció la autoridad, un momentico, primero el procedimiento… ¡se acabó la guachafita!
  • Sargento Peláez me atiende un momento por favor
  • ¡Señor juez! Que sorpresa verlo a usted por aquí, me disculpa, pero no, usted también contra la pared.

Hombres y mujeres, casi 30 personas se pusieron de cara a las paredes del gran salón los varones y las damas de frente a la autoridad, 17 participantes en la rifa, 3 amigas de algunos de ellos, el organizador, tres de logística y 5 del staff artístico del evento.

 

Un mes atrás el hombre llegó a la oficina de su amigo y compañero de estudios de colegio el abogado Vega, un picapleitos titulado, voluminoso individuo a quien le llevaba media hora subir 12 escalones del portón de la calle al segundo piso, producto de su obesidad.

  • Oíste Vega, al fin que te han dicho de ese proyecto que me comentaste…
  • Mirá hombre, eso está parado, vos sabés que la situación acá en el norte del Valle ha estado dura y los proyectos serios están parados…

El hombre se rascó la cabeza,

  • Entiendo amigo, lo que pasa es que los ahorros se agotan y sabés que mi señora está embarazada, a duras penas hago los pagos de la EPS…
  • Flaco, vos tenés una creatividad la berraca oís, le respondió el abogado, a ver que te inventás mientras resulta lo del proyecto.

Ahí comenzó a rodar la organización de la rifa, le expuso la idea al amigo, solicitó su consejo personal y profesional y le quedó todo claro. Esa misma noche luego de cenar, se sentó a sacar los costos aproximados de la rifa para tener una visión un poco más clara de lo que podía hacer y de las ganancias. Le dio tranquilidad el concepto legal que le dio el abogado Vega y al otro día manos a la obra, con la estructura general de costos elaboró un presupuesto ajustado a las expectativas, la base, el valor de las 20 boletas, solo 20.

  • Vega, ya tengo estructurada la rifa, a ver qué opinas…
  • ¿En serio? ¿De verdad te sonó el negocio? Listo mijo veamos pues,
  • ¿Seguro no voy a tener problemas?
  • Hombre las rifas son legales, acá en Cartago la mayoría de la gente varada sobrevive con eso, mientras no se venda a menores no hay problema, remató el letrado.

El hombre le dio a conocer los detalles, creía tener todo cubierto. Arrancó buscando el lugar, un gran salón al lado de la oficina del abogado, allí por intermedio de este y la amistad que había iniciado con otros abogados, contadores y comerciantes pudo vender algunas boletas.

En consignación consiguió las bebidas, algunas botellas de vino espumoso para el brindis de bienvenida y aguardiente del Valle, una botella por cabeza o en su defecto Ron Viejo de Caldas para el que prefiriera esa bebida. Cigarrillos, Cuatro rondas de pasabocas contratados en una de las mejores casas de banquetes de la ciudad etc. Contrató la logística, un cantinero y dos meseros que también hacían las veces de porteros de acuerdo a los requerimientos del plan trazado, a la llegada de los invitados y a la despedida estaban en la puerta, el resto del tiempo llevando copas, agua y todo tipo de bebidas. Era muy importante el staff artístico, quienes debían entretener y mantener expectantes e interesadas las personas el tiempo previo a la rifa. Todo iba sobre ruedas.

Días después, el hombre se encontró con dos familiares en el parque y se sentaron a tomar café en uno de los negocios.

  • Cómo van las cosas hombre, ya te resultó trabajo o algún negocio
  • Aun no, está como dura la situación, pero por ahí voy a ganarme unos pesos que me permitirán vivir un par de meses
  • ¡Qué bien! Y de que se trata preguntaron

Les contó lo de la rifa, ellos se miraron y el más viejo de los familiares le dijo, ¡volvete serio hombre! Se levantaron y salieron de la cafetería.

De todas maneras, el siguió con la rifa, visitando personalmente los referidos que le daban los conocidos prestantes o quienes ya la habían adquirido. Al principio le decían que no estaban interesados, además estaba muy cara, pero al explicarle bien la rifa aceptaban de forma entusiasta y recomendando casi siempre a un cercano. Vendió 17 de las 20 boletas, cubriendo los costos, con un buen margen de utilidad. El día de la rifa todo estaba listo y a las 9 pm en punto comenzaron a llegar los invitados, los que llevaron acompañante cancelaban una suma extra por el ingreso y el consumo. El ambiente era de fiesta ese viernes, antes del domingo de ramos de ese año, la música sonaba alegre, algunos bailaban, las botellas incluidas en el costo de la boleta se iban desocupando, en el bar había licor suficiente para la venta. Todo estaba programado para terminar a la 1 am, y las cosas iban de maravilla hasta las 12:30 am cuando apareció la policía.

  • A ver a quien tenemos por aquí,

Allí había personas prestantes y reconocidas en el pueblo, juez, abogados, ganaderos, comerciantes, tres secretarios de despacho de la alcaldía, contadores y hasta un coronel retirado. Este último se acercó a Peláez.

  • Sargento, permítame unas palabras…con todo respeto,
  • ¡coronel! No lo había reconocido…cuénteme
  • Mire Sargento, esta es una reunión sana con personas decentes de aquí, yo creo que hay un malentendido, entonces yo recomiendo que esto se deje así y que todo el mundo salga para su casa…
  • Me gustaría coronel, pero no se puede, aquí se ha violado la ley…
  • ¿Y de qué manera?
  • Pues con la rifa, a mi me pasaron el dato y eso es ilegal
  • ¿Una rifa? Protestó el coronel
  • No señor, el premio
  • Está equivocado, hagamos una cosa, llame al organizador, al juez, un abogado y nos reunimos los 5 en una de las oficinas.
  • Bueno coronel, pero sin abogados, ellos lo enredan todo

Se reunieron finalmente los cinco en un espacio a parte, donde se expusieron las cosas, el sargento decía que era una contravención a la ley y a la moral, el juez argumentó que todos eran mayores de edad y cumplidores de los deberes ciudadanos, el organizador mostró los permisos sacados con ayuda de los secretarios asistentes al evento para poder hacerlo. Solo se le pasó algo por alto, no tenía el permiso de la oficina de juegos, rifas y espectáculos. Quedó citado para el lunes de pascua a pagar la multa requerida. Todo se solucionó y salieron de nuevo al salón.

  • Bueno ahora todos se pueden marchar a sus casas todo quedó aclarado…
  • No sargento, falta el resultado de la rifa y la entrega del premio
  • Me perdonan, pero aquí no va a haber ninguna entrega, así es que a la casa
  • Entonces que nos devuelvan la plata dijo uno…
  • Quién fue el afortunado preguntó otro, a ver hombre, ¿cuál es el número?, usted lo tiene en el bolsillo…

Todos en coro, hasta las mujeres exigían que descubrieran al ganador así no le entregaran el premio. El hombre se trepó de nuevo en la banqueta y dijo:

  • Hagamos una cosa, ¿ustedes quieren saber quién fue el ganador verdad?

Respondieron afirmativamente, así es, porque si no, nos devuelven la plata.

  • De acuerdo, hagamos lo siguiente: Vamos a rifar entre los 17 o 20 quien adivina cual fue el ganador y le reconozco el doble de lo invertido, ¿están de acuerdo? ¿Verdad que lo podemos hacer sargento?
  • Siiiii respondieron todos inclusive Peláez…

Sacaron una hoja marcando los números del 1 al 20 y cada cual cogió un puesto. Todos estaban nuevamente expectantes y nerviosos

  • …! el ganador es ¡El doctor Guillermo… adivinó que el ganador era el # 13
  • De una silla saltó quien tenía el # 13, un ganadero que ya estaba medio ebrio, ¿y mi premio?
  • Ninguno le aclaró el juez, recuerde que hicimos un pacto para solucionar esta situación de esta manera y que esta reunión no se volviera un escándalo acá en Cartago.
  • Tiene razón juez, disculpe. Lo que si podemos pedir es poder ver la rifa
  • Usted que opina hombre preguntó el juez al organizador,
  • Ya les traigo el premio que no se pudo entregar.

Se dirigió a la oficina de Vega y en su compañía llevó el premio, cuando lo vieron, todos abrieron los ojos y loa boca, 25 años, alta, trigueña, ojos grandes, un cuerpo de contornos femeninos muy acentuados de gran atracción sexual. Una escort traída de Cali.

Quien se lamentó y se marchó a seguir bebiendo fue el ganadero que tenía el # 13.

  • Hombre corrimos con suerte ¿no? Te quedó más dinero y todos contentos, hasta la muchacha que parece le resultó patrocinador aquí en Cartago.

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