Por: Edwin Murillo Sánchez. Abogado – Asesor político – www.latardedelotun.com
____ Desde el 19 de junio con la elección del Dr. Gustavo Petro Urrego como presidente y la vice presidenta Francia Márquez el país retorno a la calma, existe una sensación de tranquilidad, se acabaron las rencillas políticas y la nublada polarización de los medios de comunicación. Una vez elegidos, en su discurso emitido desde el Movistar Arena de Bogotá, mandaron un mensaje al pueblo colombiano que invitaba a la unidad de todos los colombianos, entre ellos, sectores políticos, económicos y demás, a una transformación y construcción de una verdadera Colombia, sin odios, sin hambre, productiva y pacífica, en donde se pueda vivir sabroso.
Posteriormente, el presidente electo, arrancó su agenda administrativa, allí ha venido invitando al dialogo constructivo a todos y cada uno de sus adversarios, entre ellos, su contendor Rodolfo Hernández; el Partido Liberal en cabeza de Cesar Gaviria, los Conservadores representados por el expresidente Andrés Pastrana, así mismo el exministro German Vargas Lleras de Cambio Radical, por último, el expresidente Álvaro Uribe Vélez máximo representante del Centro Democrático. Todas y cada una estas reuniones han dejado un balance positivo en un segmento de la población colombiana, también lo catalogan de desacierto en otros sectores. Muchos se preguntan ¿cómo se construye cambio con los mismo que se presumen han hecho el mal?
Es importante que desde el Gobierno Nacional se establezca, que la propuesta de unidad nacional hecha por el presidente Gustavo Petro Urrego, que por las diferentes uniones y adopciones de los partidos de oposición, no es sinónimo de impunidad o de perdón y olvido, puesto que para que esta unidad nacional funcione se requiere de total independencia, transparencia y eficacia de las autoridades, tales como la Fiscalía, Contraloría , Procuraduría Comisión de Acusación y la Corte Suprema de Justicia, estas deberán actuar con apego a las garantías legales y constitucionales sin retrovisor alguno, con transparencia, vehemencia y sin dilación frente a las investigaciones de las quejas y denuncias que hoy se encuentran pendientes o las que puedan llegarse a interponer.
En este orden de ideas, no sería de buen recibo, que investigaciones que reconocieron en el periodo electoral de algunos actores políticos, congresistas ex congresista, empresarios entre otros, se frenen, se archiven o prescriban sin razón alguna.
Este pacto nacional que plantea nuestro presidente Gustavo Petro Urrego, debe ser un acuerdo garante para cada colombiano, que desarticule la sensación de corrupción e impunidad que hoy en día vive el país. Que las cercanías con el gobierno no sea el mantel con que se cubre la suciedad de la mesa.
Por una Colombia unida, donde todos y cada uno podamos vivir sabroso.