

Por: Leonardo Franco Arenas – www.latardedelotun.com
Hace unos días hice referencia a los abusos en las tarifas y deficiencias en la prestación de los servicios conexos al turismo receptivo en nuestra región cafetera, prácticas por demás nuevas si las comparamos con los atropellos de que son víctimas los viajeros, especialmente extranjeros en la Costa Atlántica. El destino cafetero no debe contaminarse de malos hábitos, en el tiempo, reflejarán una decadencia por falta de planificación acertada. En la columna pasada: “La crisis del sector turístico se está superando”, de manera correcta se hicieron comentarios acerca de los grandes riesgos de la sobre oferta, fenómeno que se presenta en algunos municipios, caso específico, Salento, igualmente acerca de deficiencias en infraestructura.
Me permito hacer el siguiente comentario basado en la experiencia de más de veinticinco años en este sector.
El fenómeno que se presenta en Salento, Filandia y de menor manera Santa Rosa de Cabal, para citar tres casos puntuales en el Eje, la planificación ha brillado por su ausencia, las multitudes de turistas que llegan a estas poblaciones en temporada de vacaciones, puentes y fines de semana, desbordan la capacidad instalada y de servicios, veamos: Salento, problemas de camas disponibles, parqueaderos, agua potable (recordemos las crisis que han padecido en épocas de verano) y lo peor, se supera la capacidad de carga de los sitios naturales. El impacto visual y auditivo, el desarraigo y desplazamiento voluntario de las gentes oriundas de este municipio, son parte de los problemas sociales colectivos que se viven allí.
Filandia vive un auge turístico desde hace algunos años, su cercanía a dos de los centros poblados más grandes de la región lo han convertido en destino preferido de familias para fines de semana, esto significa una excelente dinámica económica para el municipio, además está identificado en la ruta de viajeros nacionales e internacionales. En temporadas la población colapsa, no hay vías suficientes ni parqueaderos, tampoco disponibilidad suficiente de habitaciones, afortunadamente, Filandia está identificado como pasadía.
Santa Rosa de Cabal, vías insuficientes, los trancones son pan de cada día, parqueaderos insuficientes y los agentes de tránsito a la caza de cualquier turista mal parqueado para hacerle un comparendo sin que medie ruego o protesta por parte del temporal infractor. La vía a San Vicente en épocas de invierno presenta fallas y la de Termales Santa Rosa se convierte en un largo parqueadero en temporada alta.
Hay que planificar para mejorar la competitividad y sostenibilidad de los productos turísticos en estos destinos buscando consolidar el turismo receptivo, los beneficios económicos de esta actividad son enormes, pero algunos lugares acaban siendo víctimas de su propio éxito, corriendo el riesgo con la llegada masiva de visitantes que se acabe arruinando justamente el paisaje que la gente quiere ver.
Los abusos en las tarifas por parte de algunos prestadores de servicios es otra mala práctica que está haciendo carrera en nuestra región; las autoridades municipales, departamentales y sobre todo la policía de turismo son las encargadas de controlar estos hechos irregulares.
Entidades públicas y gremios del sector turístico deben trabajar en estas líneas: Acompañamiento institucional para fortalecer integralmente el destino.
Fortalecimiento de la oferta (diseño de producto – calidad – innovación)
Modernización de la infraestructura y la conectividad.
Mejoramiento de los índices de competitividad y sostenibilidad del destino
Formación y capacitación del talento humano en bilingüismo, guianza turística, calidad en el servicio, entre otros.
Programas de sensibilización para la comunidad en general.
En el Eje queremos atender con calidad los viajeros para que tengan la magnífica experiencia de “Vivir sabroso”.