
Por: Leonardo Franco Arenas – www.latardedelotun.com
_____ Estamos a menos de un día para que Duque de un paso al costado y entregue la presidencia, es justo entonces hacerle un reconocimiento porque definitivamente sin la participación del ya casi expresidente, hubiese sido más difícil lograr el anhelado cambio, ese nuevo aire que ya comienza a respirarse en todas las regiones del territorio nacional.
Gracias a sus YERROS (en mayúsculas) consuetudinarios, equivocaciones permanentes, la ignorancia extrema en temas de país, estamos hoy ad portas de dar un viraje de 180 grados a la historia de Colombia. La inmensa mayoría podrá decir con toda razón, que perdimos 4 años de desarrollo social y económico del país, pero, agradecidos estaremos persécula seculorum los colombianos por ese chance que le dio la corrupción del narcoestado para agarrar a puntapiés la paz, para, sin guante blanco ni recato alguno, abudinear el erario, secundado por la bandola de yupis de la Sergio Arboleda, apoyado por políticos de extrema derecha que, sin empacho alguno empacaron en sus alforjas todo lo que pudieron. Sus metidas de pata pasarán a la historia, desde ya y con honores ha desplazado a ese otro ex presidente del no muy honroso lugar de ser el peor de la historia, el Pastrana ese. Las políticas que trató de implementar no pasaron de ser fracasos vergonzantes para sus conciudadanos hablando de enanos y otras pendejadas en espacios serios de la comunidad internacional, destacando su habilidad con la cabeza haciendo el ridículo en el gramado del Bernabéu, las saludes al rey de parte de su mentor, sus bailes y carantoñas relamidas, sus alfombras y autoelogios. Desastroso.
Todo lo anterior empalidece con su habilidad innata para la mentira, escuchar uno solo de sus discursos, parte de una declaración o entrevista, lo deja como un total embustero, dueño de una proclividad malsana a distorsionar la verdad, a pintar la realidad con acuarelas mendaces. Usted señor presidente es el rey de burlas por sus patrañas.
Reconocimiento especial al hombre del ubérrimo, padrino de este Frankenstein criollo, sin el poder de Uribe y su señalamiento inconsulto e indiscutible para ungirlo, este desplome estrepitoso del establecimiento y la derecha aún no se habría dado.
Gracias a los dos bellacos y cínicos personajes fue posible que se acelerara el cambio, el país y la historia se lo reconocerán por siempre, pareja de sinvergüenzas.
Gracias Duque, reconocemos su ineptitud, gracias a usted un mejor futuro es posible. ¡FUERA!