El negligente olvido de la Sagrada familia de Apía.

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Por: Leonardo Franco Arenas – www.latardedelotun.com

Las casas viejas no las hacen los arquitectos, las construye la historia. Arquitecto Jorge Evelio Aristizábal Gómez.

Patrimonio cultural: Es el conjunto de bienes materiales e inmateriales que se hallan fuertemente vinculados con la identidad social y cultural de una comunidad, recibidos de las generaciones pasadas. El patrimonio es el legado cultural que recibimos del pasado, que vivimos en el presente y que transmitiremos a las generaciones futuras. UNESCO.

En julio de 2017 la secretaria de Educación Departamental, Liliana María Sánchez, en representación del Gobernador Sigifredo Salazar declaraba: “Con una inversión de $7800 millones la Gobernación quiere modernizar la infraestructura del colegio Sagrada Familia en Apía, la obra está ‘en veremos’, pese a que el edificio, que pertenece al Paisaje Cultural Cafetero, se encuentra en ruinas”. La secretaria de Educación, señaló que desde la Gobernación Departamental se ha realizado un exhaustivo seguimiento al proceso que ya va a cumplir dos años y que preocupa que aún el Ministerio de Cultura no dé claridad sobre el futuro de la institución.

La Institución Educativa la Sagrada Familia del municipio de Apia, fue declarada como “Bien de Interés cultural a nivel Departamental” y pertenece al área patrimonial protegida por el municipio. Se define como un edificio con gran valor patrimonial con declaratoria a nivel departamental, se encuentra inhabitado y deteriorado por falta de mantenimiento adecuado, gestión e interés por parte de las autoridades departamentales encargadas de estos temas y a nivel nacional del ministerio de cultura puntualmente del grupo de patrimonio.

El colegio fue fundado por las madres Vicentinas en 1913 con la colaboración de los habitantes del municipio, se construyó con el sistema característico de la colonización antioqueña, una tipología inicial en “O”, todos los espacios se desarrollan alrededor del patio central y un sistema constructivo en tapia y bahareque. El primer nivel en tapia pisada en los muros perimetrales, los muros internos hacia el patio, en bahareque entablado y emboñigado sobre esterilla. El segundo nivel se construye en bahareque emboñigado, la esta obra se terminó en 1919. El municipio realiza posteriormente la compra de dos lotes contiguos al colegio, allí se construyen las siguientes dos etapas. En 1950 se realiza la construcción del siguiente modulo anexo al edificio en el costado occidental construcción de tres pisos, los tres en bahareque entablado y emboñigado sobre esterilla con una estructura principal en madera. Sobre este módulo se encontraban las habitaciones de las Madres Vicentinas y las alumnas que pertenecieron al internado.

En 1980 se realiza la ampliación del colegio en su costado occidental con dos torres de salones, una estructura en concreto y ladrillo de forma rustica, sobre la parte sur, para albergar el salón de artes y la biblioteca. Cada una de las etapas constructivas de la edificación fue adaptada al terreno por la pendiente pronunciada y aprovechada para los niveles y accesos a la edificación.

En el 2011 le otorgan la declaratoria de bien de interés cultural a nivel departamental y en el 2012 es respaldado por la integración dentro del E.O.T del municipio como zona de interés patrimonial. Para el 2016 el colegio es declarado en estado crítico en su infraestructura, ya que presenta una inestabilidad estructural por falta de una intervención en los años de uso, para reforzar el edificio original, esto conlleva a la declaración de riesgo y posterior abandono del plantel educativo. En el 2017 se autoriza la demolición del edificio no declarado patrimonial, aval otorgado por el Ministerio de Cultura.

Colectivos del municipio y ciudadanos preocupados por la demolición de este bien centenario y patrimonial, realizan desde 2016 numerosas peticiones ante la gobernación y el ministerio de cultura, buscando que se llevara a cabo una intervención de la edificación buscando preservar el inmueble. Hasta el momento ha sido imposible, seis años sin que sea atendida su solicitud. La politiquería enmascarada en promesas incumplidas realiza la tarea para que desaparezca parte de la memoria histórica, el patrimonio cultural y arquitectónico de este municipio. Situación similar a lo que sucede con el convento de las carmelitas descalzas y lo que pasó con el edificio del estanco en la 41 con séptima, el clima y el tiempo los deterioran, amenazan ruina y salen las órdenes de demolición.

 

 

 

 

 

 

 

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