Tres tristes barbudos.

Por: Leonardo Franco Arenas – www.latardedelotun.com

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La orfandad del poder y la frustración por una pérdida hacen aflorar mezquinos sentimientos en el ser humano, entre más arriba se esté en esa pirámide de mando, peores serán las actitudes de quienes lo sufren.

Estos días se conformó una tríada de políticos en decadencia despreciados por Colombia, ahora, desde la vera del camino, ven pasar a sus contradictores en el nuevo país, ese país social al que despreciaron y olvidaron en el momento de su protagonismo político.

Están unidos por un solo propósito, atravesarse al impulso de futuro en una nueva nación, conducida por actores de una nueva propuesta.

Robledo que por su odio visceral hacia el presidente Petro dio al traste con un mejor final a su carrera política, prefiere parapetarse desde una ciega y furiosa oposición no oficial, pero valedera (libertad), contra todas las propuestas del gobierno Petro y con mayor razón si contiene algún tipo de reforma, para él, todas son malas si no han sido hechas bajo su égida, igual sucedía en el congreso.

Peñalosa es un mal político, mal administrador público y excelente inversionista privado, con beneficios o contratos del estado, (distrito o nación) para enriquecerse con el paso de los años en detrimento de las finanzas públicas. De indolente e inepto ha sido tratado después de su primera alcaldía y donde se hizo evidente su incapacidad gerencial. Ha quedado demostrado que se promociona como un gran líder y para desgracia, sobre todo de la capital, su imagen ha sido cuestionada por sus posibles títulos académicos falsos, afectando su legitimidad y credibilidad. Como candidato a la presidencia no pasó de ser un muñeco light de relleno para permitir el ascenso concertado de otros señalados.

Por último, la tapa de lo malo “¡el más!” Duque, pillo de siete suelas, se le trató de incapaz, inepto, incompetente y mil adjetivos más con toda razón, pero no se puede tildar de poco inteligente, de bruto, no, este resultó el más hábil, sagaz, artero, fullero, estafador, tramposo y embustero. Un ladrón, que se rodeó de los más perversos y saqueadores pillos disponibles, limpiaron los recursos del Estado, asaltaron el erario y arrastraron con todo.

Ahora estos tres faros morales, estas tres lumbreras de la gerencia pública y las buenas prácticas políticas vienen a dictar cátedra, criticando todo lo que hace el nuevo gobierno. No les queda otra cosa por hacer a estos tres tristes barbudos avaros desempleados, ¡joder!

¡Mandan huevo!

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