ENTREVISTA AL ESCRITOR ÓSCAR AGUIRRE GÓMEZ

 Por: Leonardo Franco Arenas – www.latardedelotun.com

_______ Cordial saludo maestro,

¿Quién es Óscar Aguirre?

Soy un pereirano nacido en Filandia y residente en Dosquebradas. Más bien tímido; autodidacto; alguien que no ha perdido la capacidad de asombro en un universo donde somos una parte del Todo.

 

¿En qué época de su vida decidió escribir?

Mis escritos iniciales fueron cuentos —que es el género con el que más me identifico y a la vez el más difícil para mí—, cuando tenía unos veinticinco años. Anteriormente, había empezado a escribir una novela, que nunca terminé y cuyos capítulos terminaron siendo cuentos independientes, de los cuales publiqué algunos a comienzos de la década del 90 en “La Tarde Dominical”, y que luego reuní en mi primer libro publicado, en 1996: “Vértigo y otras narraciones insólitas”. No me considero escritor; solo me gusta escribir.

 

¿Qué libro lo marca en su juventud y cuál en su edad madura?

En mi juventud, uno de los libros que me marcaron fue “Siddharta”, una novela corta de Hermann Hesse. Es una obra con la cual me identifiqué plenamente, pues mostraba una filosofía de la vida similar a mi actitud frente a ella. Fue tanto lo que me atrapó su lectura, que cada noche solo leía unas pocas páginas, para tener el gusto de que durara muchos días su mensaje revelador. Aunque autores como Edgar Poe me influenciaron desde siempre, otros como Jorge Luis Borges me siguen atrayendo. Y no hablo de alguna obra suya en concreto. Sus cuentos y su poesía constituyen un mundo que debe ser visitado con alguna frecuencia.

 

¿Quién es un librepensador?

Una pregunta inesperada. Un librepensador es una persona no atada a dogmas y que comprende que la verdad mora en su interior y que lo hará libre, en la medida en que se abra a ella, la cual es como un reino en el que habita sin darse cuenta.

 

Qué disfruta más, ¿escribir, leer o escuchar música?

Siempre que escribo, escucho música. Cuando leo, muchas veces la escucho también. La música es inherente a mi naturaleza. A diario escucho la de los grandes maestros. De modo que ella es infaltable en mi cotidianidad. En los argumentos de mis cuentos campean tres elementos: las estrellas, el tiempo y la música.

 

¿Se identifica con algún personaje de sus libros?

Mi último libro de cuentos “Visiones fugitivas” fue escrito antes de la Pandemia y fue corregido durante su transcurso. Lo escribí en un período de desesperanza e incertidumbre, todo lo cual incidió en su factura. Por ello, puede ser un tanto autobiográfico, como el cuento final: “Cansado de mi entorno”. Uno de esos cuentos, “El club”, fue premonitorio. En efecto, allí narro un paseo imaginario a Egipto, país que toda la vida me ha atraído con sus enigmas, adonde, casi tres años después —o sea en el presente año—, viajé de manera totalmente inesperada, en una travesía fabulosa, gracias a mi hija Ana María, quien me acompañó.

Algún personaje autobiográfico

Muchos de mis cuentos tienen algo de mí. Vierto en ellos mis expectativas y mi escepticismo, como en “Verde Luna”, que tiene algo de realidad. “Lo extravagante”, uno de mis primeros cuentos, se refiere a un hecho que me sucedió en mis días de bohemia, hace mucho tiempo…

Debo citar aquí el libro “50 años escuchando a Beethoven”. No es una autobiografía ni son memorias. Es más bien un compendio de mis actividades intelectuales y culturales a través de medio siglo de mi vida, entre 1967, cuando empecé a escuchar música de los grandes maestros y 2017, cuando publiqué el libro “Beethoven, perfiles”. La obra se puede consultar en la Sala de Patrimonio Bibliográfico y Documental de Risaralda, ubicada en la Biblioteca Comfamiliar de Pereira y en las Bibliotecas del Banco de la República del país.

 

Qué opinión le merece la época actual (lo humano y la tecnología)

Nos encontramos en un mundo que experimenta dos situaciones paralelas: el encumbramiento de la tecnología y la ciencia y la decadencia inevitable de la humanidad por diversos motivos, entre ellos la superpoblación, un período de cambios físicos que se dan cíclicamente y la amenaza nuclear.

 

La vejez

Pienso con Víctor Hugo, quien —rememorando a Platón— dijo que a medida que el cuerpo envejece, el espíritu rejuvenece. En consecuencia, la juventud es un estado de ánimo.

 

La muerte

Morir es dormir, de acuerdo a Hamlet. Nuestro espíritu va y viene alternadamente en una larga cadena que en algún futuro tendrá su fin.

 

Gracias maestro.

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