
Supera a Bolsonaro en más de un millón y medio votos, un margen más corto del previsto por las encuestas
____ Verónica Goyzueta ABC Internacional – www.latardedelotun.com
____ Los resultados de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil confirmaron la victoria de Lula da Silva, aunque por un margen menor del que apuntaban las encuestas. El líder del Partido de los Trabajadores, que ya ganó en la primera vuelta el pasado 2 de octubre, ha logrado este domingo imponerse: con más del 90% escrutado obtenía un 50,6% de votos, superando en casi un millón y medio de papeletas al actual mandatario, Jair Bolsonaro. Lula vuelve a la Presidencia después de su tormentoso paso por prisión, tras cumplir un primer mandato entre 2003 y 2011. Por su parte, Bolsonaro se convierte en el primer mandatario brasileño que no logra la reelección.
Las elecciones brasileñas, consideradas las más importantes en casi cuatro décadas de democracia, podían haberse visto empañadas por las más de 500 operaciones de fiscalización en las carreteras. Las acciones, consideradas un caso de acoso electoral, perjudicaron la circulación de los autobuses que transportaban a los votantes, especialmente en el nordeste del país, donde se concentra el electorado de Luiz Inácio Lula da Silva. La acción fue vista por algunos sectores como una forma de comprometer una elección que se peleaba voto a voto.
El comité de campaña de Lula presentó denuncias al Tribunal Superior Electoral (TSE) contra las operaciones coordinadas este domingo por la Policía Federal de Carreteras (PRF), que fueron un 88% más que todas las realizadas en el primer turno, el 2 de octubre. La coalición de Lula pidió la ampliación del horario de votación, solicitud que no fue concedida por el TSE. «Esta operación de la PRF no era normal, se concentraba en el nordeste. ¿Sólo allí tienen autobuses o coches con problemas o irregularidades en los neumáticos? ¿Por qué hacer esto en el domingo de las elecciones?», cuestionó la presidente nacional del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, que clasificó la acción como «criminal».