REGIONAL
Por: Leonardo Franco Arenas – www.latardedelotun.com
Corregimiento de Altagracia
Miércoles 05.01.23, en horas de la noche nos acercamos a este lugar con el ánimo de disfrutar de un rato recorriendo su larga calle, un buen café o de alguna delicia gastronómica; sabíamos de ante mano que el mirador solo está abierto al público hasta las seis de la tarde, en la noche se cierra según nos indicaron, porque no tiene iluminación para el ascenso a la torre, creo personalmente que es un desperdicio porque la vista nocturna de todos los municipios que desde allí se observan (360°), bien vale la pena. Los sitios de café estaban cerrados sin excepción y solo la oferta de una panadería era la opción para algo rico. Demoramos 20 minutos en Altagracia.
Mención aparte es el estado de la vía desde el cruce del barrio Birmania, hasta el centro poblado del corregimiento, lamentable y peligroso, huecos, falta de iluminación entre muchas fallas. Maya estará esperando otro cierre de vías por parte de la comunidad, es una burla a lo acordado meses atrás.
Corregimiento de La Florida
El jueves 05 de enero de 2023 visitamos el corregimiento de La Florida en la ciudad de Pereira, en plena temporada de vacaciones. Al dar una vuelta por la zona urbana nos dimos cuenta que la mayoría de los sitios de servicios (restaurantes, cafés etc) se encontraban cerrados. Decidimos almorzar en uno de los lugares más publicitados en redes sociales, estaba casi lleno a esa hora y solo había dos o tres mesas libres. Presumo que la gran afluencia de comensales se debía a las mismas razones por las que nosotros acudimos, publicidad y poca oferta; el servicio, la comida y el local dejaron mucho que desear.
- Servicio: Demorado, el salón es atendido por tres jóvenes, dos de ellos hijos de la dueña, insuficiente personal para que los comensales se sientan bien atendidos, la toma del pedido tardó demasiado. Luego de tomar la orden, nuevamente una larga espera, hasta llamar la atención de uno de los meseros para que al menos llegaran las bebidas. El pedido fue llevado por tandas en tres tiempos diferentes, mal servidos, los tostones por fuera de los platos quedaban sobre la mesa. La demora fue evidente en todas las mesas. Hay que chistar permanentemente varios perros que andan por todas las mesas.
- Comida: Muy regularcita, la trucha desabrida, solo sal y quizás algunas gotas de limón. Mal cocida la mía (cruda la cabeza), otra quemada (cocinadas de carrera) La tercera trucha grasosa. Los tostones de plátano, mal servidos, fríos y duros como cartón. La ensalada pasada, no sabía bien, las dejamos.
- El espacio: Estrecho, mesas irregulares los platos (de metal) bailan sobre las tablas, las bancas inestables y angostas. El decorado bonitas las plantas, especialmente los helechos, pero la atiborrada decoración de elementos viejos que quieren asemejar a antigüedades dejan una mala impresión en un restaurante por que se observan sucios y cubiertos de polvo. Los baños insuficientes y en deficiente estado.
Notas positivas: La carta es amplia, aunque esto no es sinónimo de calidad si presenta diferentes opciones al cliente. Los precios no son muy altos, pero de todas maneras frente al costo/beneficio (servicio-comida) quedan en deuda. Los dos hijos de la señora se esfuerzan por hacerlo bien, pero les hace falta personal.
Estamos en plena temporada de vacaciones, observamos muchos carros con placas de otras ciudades, viajeros de otras latitudes y encontré muchas deficiencias. Se habla con pecho henchido de los corredores turísticos de Pereira, sobre la oferta gastronómica y de otros servicios en las veredas y corregimientos, pero la realidad es otra, esto no existe como oferta turística seria, consolidada y competitiva. La administración local y los empresarios deben esforzarse más en lo que a cada uno corresponde, de otra manera el turismo en Pereira solo será una ilusión y seguiremos siendo solo el lugar donde duermen los viajeros, porque el dinero lo dejaran en otros municipios. ¡Pilas pues!
