
Una de las voces que más se ha escuchado los días previos y posteriores a la presentación de texto de la reforma a la salud de este gobierno es la de Paola Acosta presidenta de ACEMI, Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral que agremia a las empresas de medicina prepagada y a las Entidades Promotoras de Salud (EPS), de los regímenes contributivo y subsidiado. La reforma deberá antes de la firma del señor presidente, pasar por el Congreso para surtir el trámite legal, allí, se sentirá con más fuerza el lobby de los empresarios de la salud y las EPS (que vienen siendo lo mismo), difusores de estos lamentos destemplados, han sido los medios de comunicación y las conocidas bodeguitas que publican en las redes sociales.
La funcionaria como es de entender, sale a defender, la, según ella, excelente función social que han prestado las EPS a los usuarios desde la promulgación de la ley 100 en el año 1993. En esta ofensiva de defensa desde los grandes medios de comunicación advierte sin sonrojarse, sobre la gran pérdida que tendrá el sistema de salud con la desaparición inminente de estas entidades, igualmente facilita cifras que a todas luces resultan cuando menos escandalosas por lo poco creíbles, habla de una imagen favorable de más del 70 % por parte de los usuarios de las EPS por la buena atención del sistema y de los pocos casos de insatisfacción. Este infundio está siendo replicado como estrategia mediática, tratando de cambiar la triste realidad del 90% de los colombianos afiliados que están siendo mal atendidos por estas empresas privadas, intermediarias en el deficiente sistema de salud existente. Veamos las realidades:
- Más de dos millones de tutelas por: Atención médica, especialistas, medicamentos, cirugías, medicamentos de alto costo, tratamientos especializados, traslados, hospitalización, portabilidad, etc. Risaralda es el departamento líder en presentación de acciones de tutela.
- Mal servicio en todo el sistema, desde las citas médicas con sus deshumanizados y nunca eficientes call center, una forma sencilla de desembarazarse del usuario y NO atenderlo.
- Mala remuneración al personal médico y personal de salud, contratos de servicios sin vacaciones, ni garantías laborales, siempre tercerizados.
- La corrupción evidente en estas entidades de lucro, solo importan los dueños, los ejecutivos de primer nivel, nunca el usuario o los funcionarios operativos. Ejemplo Salud Coop, Coomeva entre las 16 EPS que han sido liquidadas, el dinero recaudado está desaparecido (robado).
- La politiquería y la corrupción están a la orden del día en estas entidades, manejan el lobby en el Congreso y en los pasillos de los diferentes ministerios y organismos de control para hacer de las suyas. Algunos políticos conocidos por corruptos son socios de las EPS.
- Los sobre costos de su intermediación al gobierno.
- La falta de pago a hospitales e IPS los ha llevado a la mala atención y la quiebra financiera.
Estos son solo algunas de las muchas fallas de las EPS, la salud un negocio billonario para el enriquecimiento de unos pocos que buscan la rentabilidad financiera antes que el bienestar de los afiliados y el funcionamiento óptimo del sistema. Por todas estas razones estos intermediarios deben desaparecer o adaptarse a otro sistema como lo propone la reforma a la salud, la salud debe estar en manos y control del Estado: Afiliaciones, registro, cobros, pagos, servicio del sistema público de salud.
Basta de embustes desde los medios que difunden lo que quieren hacer ver los empresarios de la salud, la realidad la conocemos los colombianos. Esta reforma hace parte del CAMBIO que está en marcha, así los presidentes y dueños de las EPS se revuelquen, babeen y pataleen de la rabia e impotencia.