EL DESAPRENSIVO CARÁCTER DEL FISCAL.

Por: Leonardo Franco Arenas – www.latardedelotun.com

______   Al fiscal general de la nación se le reconoce algo, pero no por bueno, su extremado engreimiento, la altivez y la arrogancia de la que ha hecho gala desde que fue nombrado en este cargo, el segundo en orden de importancia según su petulante razonamiento.

Francisco Barbosa es un abogado que andaba por otros caminos hasta que su amigo personal Iván Duque llegó a la presidencia de Colombia. Estudiaron juntos en la universidad Sergio Arboleda, la misma en que posteriormente, siendo fiscal, tuvo un contrato de cátedra, el que no cumplió, nómina paralela activada por el ex rector Rodrigo Noguera. Los dos abogados de la Sergio tuvieron un golpe de suerte fantástico, nunca llegaron a imaginarse estar en esos puestos, no tenían como, pero hubo un quién: Uribe, que decidió escoger el más pusilánime y lambiscón alumno en su partido para catapultarlo al solio de Bolívar, algo nunca soñado por Ivancho, de allí se pegó Francisco.

Barbosa tiene dos especializaciones, dos maestrías y un doctorado, ninguna de ellas es en derecho penal, su especialidad es derecho internacional humanitario y justicia transicional, como quien dice, el más preparado para acabar con la JEP, la justicia transicional, la paz y de paso, con conocimiento de causa volver trizas el país.

El fiscal ha estado jugando dos papeles importantes para la derecha: 1. jefe y vocero de la oposición sin ningún recato, violando flagrantemente los límites de su investidura. 2. Investigador y altavoz de bulos sin importancia que sirvan de cortinas de humo a lo verdaderamente grave que ha ocurrido en el país. Priorizar la investigación casera de la pérdida de siete mil dólares y revivir este hecho después de pasados cuatro meses con bombos y platillos, sobre las confesiones de Mancuso, de quienes fueron los señores de la guerra, el despojo de tierras y el robo del erario, con el agravante de estar encontrando las fosas comunes en la frontera con Venezuela de cientos de desaparecidos, es un despropósito total, es una actuación inmoral de este caradura.

Hace pocos días el arrogante Barbosa descalificaba la visita del Fiscal de la CIDH y se mofaba de la invitación hecha a este organismo por parte del gobierno nacional. Al respecto hay dos momentos memorables, el ultimátum del presidente Petro para que cumpliera con su deber y entregara los informes que le había requerido, advirtiéndole de paso, que el destino era la comisión de la CIDH, lo puso a pasar aceite, a tomar agüita de valeriana, tan efectiva para los nervios. Posteriormente cuando el Fiscal Karim Khan se reunió con el y la vice fiscal, en la rueda de prensa se le veía algo congestionado y nervioso, lejos del Barbosa sobrado y presumido de antes. Los medios trataron de tapar los hechos, Blu radio por ejemplo dijo que el fiscal de la CIDH destacó el trabajo de la fiscalía colombiana, ¡embustes! Ahí está el retrato auténtico del hombre, tartamudo y sudoroso.

El llamado de este organismo internacional es perentorio para que se respete y apoye la labor de la JEP como la jurisdicción encargada en este proceso investigativo sobre la guerra en Colombia, se juzgue y condene a los culpables.

Duque y Barbosa, dos amigotes con suerte y muy inteligentes, uno para dejar que los dueños del país hicieran lo que les diera la gana y el otro para actuar como el gato “echarle tierrita a las cagadas”. A estos pelafustanes de oscuro sino, se les acerca la hora y en el orden de prioridades serán de los primeros en caer, luego sus patrones.

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