
Por: Leonardo Franco Arenas – www.latardedelotun.com _____-
- Amaneció “maluco” este señor. Dice Alejandro Gaviria ex ministro de educación con respecto al presidente Petro, trinó en la madrugada: “En 2026, se tiene que ir. Sale o lo sacamos”. Ahí está la fotografía de este hijo del establecimiento quien a propósito no hizo un carajo durante el tiempo que estuvo al frente de la cartera más importante en el plan de gobierno de El Cambio y el futuro de Colombia. Peor su gestión en seis años al frente de la salud de este país en el gobierno de Santos. Ese es el talante fascista y violento de la derecha colombiana, se le olvida algo al personaje, en el 26 termina el periodo del presidente Petro y se hará a un costado dejando la semilla de un nuevo, más equitativo y justo país. También se le olvida a este profe que a Petro lo eligió el pueblo y dice “lo sacamos”, como diría el chavo “que bruto”.
- La mafia en Pereira. Un llamado a la sensatez, a ser responsables y reflexivos a los electores con el voto el 29 de octubre no solo a la alcaldía de Pereira. Se han conocido en los últimos días señalamientos mutuos (entre candidatos y campañas), acusaciones desde importantes medios de comunicación e investigaciones de la fiscalía de Armenia sobre el poder del narcotráfico en el Eje cafetero, no solo en el negocio que regentan, también en la política local y las subvenciones a candidatos en confabulación con dirigentes del alto perfil. Parecen ser ciertos los comentarios que se escuchan desde hace meses respecto a que esta no es una simple contienda política, es una disputa de poder y del territorio por parte de la delincuencia. Con igual cuidado hay que actuar con los candidatos a la gobernación, Concejos municipales, Asamblea departamental y algunas alcaldías en municipios, Dosquebradas y La Virginia, por ejemplo.
- Eficiencia electorera. La administración local da grima, cree sin sonrojarse que los ciudadanos somos imbéciles. Desde hace dos meses vemos cuadrillas de obreros por toda la ciudad trabajando sobre todo en obras cosméticas, guadañando, pintando, arreglado zonas verdes, pintando juegos infantiles, señalizando y reparchando vías, repintando canchas múltiples, inaugurando placa huellas, mantenimiento de guaduales, recolección de basuras nocturno (por fin), entre otras actividades lideradas por contratistas del municipio, contratos de tres meses para amarrar esos votos. De esta manera quieren cambiar la imagen de los pasados cuatro años de pésima administración, así, darle un último impulso a la candidatura del pretendido sucesor. Quieren desde esta aberrante estrategia impulsar el voto de la ciudadanía, aprovechando el clamor de las comunidades durante el cuatrenio, lo que debieron realizar desde el primer día de gobierno. A esta denigrante práctica se unen algunos presidentes de JAC vendidos a Gallo y Maya que actúan como operadores electorales, en beneficio de la administración y especialmente del candidato. Tienen huevo.
- Presidente Petro lo advirtió y Vicky energúmena. Las declaraciones a medios de comunicación del presidente Biden, el Papa y otros líderes mundiales demostraron que el presidente colombiano no estaba desenfocado en las apreciaciones sobre el conflicto desatado en medio oriente, “hay derecho de defensa de cada estado pero no hay derecho al genocidio”. La diferenciación entre el grupo terrorista Hamás y el pueblo palestino, dos cosas distintas pero que doña Vicky desde su tribuna en Semana y las redes sociales, trina desesperadamente tratando de involucrar al gobierno colombiano en una disputa con el gobierno israelí. Desafortunadamente e ignorando todo protocolo diplomático el embajador de Israel en Colombia Gali Dagan sin guardar el mínimo respeto por nuestro presidente, hace eco a esta campaña de la derecha colombiana que solo busca pescar en rio revuelto. Queda por supuesto demostrado que de manera autónoma nuestro país se pronunció sobre este conflicto, sin estar alineado como antaño con los poderosos, pero que los hechos le dan la razón a lo expuesto por Petro. La periodista queda mal nuevamente ante la opinión pública, Vicky de Gnecco luce desesperada tratando de tapar los pecados de su familia política, corrupción, narcotráfico y paramilitarismo.