«El cambio es una parte fundamental para la evolución, hace que las cosas se renueven, mejoren y se adapten».______
Por: Leonardo Franco Arenas / www.latardedelotun.com______
Durante décadas el pueblo colombiano se acostumbró a los abusos, a los atropellos de una élite que aferrada al poder, gobernó en beneficio propio desde los mismos albores de la incipiente y confusa república independiente.
El dicho es «la historia la escriben los vencedores» en nuestro país resultó un cuento bien elaborado en provecho de unas castas, que usufructuaron ese momento histórico para manipular a los ciudadanos de a pié, indígenas, negros, mulatos, pequeños comerciantes, artesanos y lo que podríamos llamar la clase media de la época. Entonces los vencedores y ganadores de la independencia de España fueron una pocas familias que durante algo más de doscientos años han manejado el país en su personal arbitrio.
Los inocentes colombianos que han agachado la cabeza históricamente ante el poderoso, aceptando sumisamente ser conducidos a través del desarrollo de la nación. El manejo del Estado (tres poderes) las fuerzas militares y los medios de comunicación por parte de esta élite es lo que les permitió abusar durante todo este lapso de tiempo, resumiendo: Poder económico y hegemonía política, subordinando a una obediencia ciega a los mandatos y lineamientos de esta camarilla.
La edad de la inocencia de Colombia llegó a su fin, desde los días del estallido social, producto de un proceso histórico de insatisfacción por la consuetudinaria vulneración de los derechos, la injusticia social, desigualdad etc. y lo que se constituyó en los últimos 30 años como un narcoestado, en donde no solo se cooptaron los poderes, las fuerzas militares legales, si no, que se crearon otras fuerzas paraestatales de diferente índoles para controlar la Nación. El resultado de esta pérdida de la inocencia nos ha llevado a abrir los ojos, a perder el miedo, a enfrentar ese destino inmodificable en el nos habían hecho creer, por ello y como resultado de este proceso histórico a partir del 2022 se votó por un cambio y ahora con el descubrimiento del accionar delincuencial de estas élites durante tantos años, de conocer su status criminal en contra de la nación, ha caído la venda.
Ahora son mucho menos los defensores a ultranza de esta caterva de malhechores, hemos abierto los ojos, se ha perdido la inocencia o dejado de lado la güevonada.