
Los habitantes de Pereira y Risaralda votamos el pasado 27 de octubre para elegir alcalde y gobernador, en este ejercicio democrático resultaron elegidos, Mauricio Salazar Peláez como alcalde de la Perla del Otún y Juan Diego Patiño Ochoa para ocupar el primer cargo del departamento.
El primero es un político de dilatada trayectoria, comunero de Cuba, Personero de Pereira y Representante a la Cámara. Los estudios hasta grado 11 los llevó a cabo en instituciones públicas, IE Juan XXIII e IE Jesús María Ormaza ubicados en este sector popular de la ciudad. Es abogado de la Universidad Libre de Pereira. Llegó con el respaldo de la coalición Primero Pereira.
Patiño Ochoa es el gobernador más joven de este departamento, cuenta con 34 años y es hijo del cacique liberal Diego Patiño Amariles. Es zootecnista con especialización en planeación y gestión estratégica. Diputado en el periodo anterior donde fue presidente de la Asamblea. Electo en representación del Partido Liberal y respaldado por otras diez colectividades.
Ambos cuentan con soporte político familiar, por el lado de Salazar, su esposa María Irma Noreña quien fue gerente de Aguas y aguas de Pereira y varias veces candidata a diferentes dignidades de elección popular. Patiño es hijo del más representativo y vigente cacique político del departamento quien fue Alcalde de Dosquebradas, dos veces gobernador y cinco veces Representante a la Cámara.
Podríamos pensar que los dos son más de lo mismo, con costumbres políticas iguales a las que caracterizan a los políticos tradicionales. También, que llegan a sus administraciones empeñados por los compromisos de diversa índole que les tocó transar para poder llegar, que, si bien pueden tener todas las intenciones para hacer un buen gobierno, van a estar maniatados para sus ejecuciones. En fin, ese es el panorama pragmático, que por experiencias históricas se debería dar, ahora bien, los dos mandatarios tienen las herramientas, el respaldo del pueblo que los eligió y la experiencia personal para sacar del atolladero a Pereira y a Risaralda, en sus manos está este propósito.
Abriremos un compás prudente de espera para analizar cómo van sus mandatos, con el voto de confianza por parte de los ciudadanos para permitirles desarrollar sus planes de gobierno. Todos estaremos con los ojos abiertos en el día a día, se conocen los instrumentos legales para denunciar y demandar cualquier entuerto en contra del erario.
A las personas hay que creerles, aún si son políticos, es parte de la dinámica de una democracia.
Es importante también la relación con el gobierno central, Salazar comenzó bien con el compromiso de algo más de 280 mil millones de pesos para la PTAR por parte de Planeación Nacional. Los Patiño, tienen la experticia para patinar recursos en Bogotá, lo importante es que estos dineros sean invertidos 100% en los proyectos para los que fueron obtenidos y no se queden en los bolsillos de contratistas y políticos.
Amanecerá y veremos, comienza el tiempo de espera.