2 AÑOS DEL COMIENZO DE LA GUERRA RUSO-UCRANIANA

Por: Felipe A. Priast – Publicado: Muro Facebook / www.latardedelotun.com

_________  Como yo sé que los medios en Colombia valen gamba en lo que tiene que ver con análisis de sucesos internacionales, y como es bastante posible que yo sea el colombiano mejor preparado para hacer este tipo de análisis, he decidido hacer un balance de la Guerra Ruso-Ucraniana al cumplirse hoy, dos años exactos del inicio de las hostilidades.

Primero que todo, casi todo lo que ustedes han leído en los medios en estos últimos dos años sobre este conflicto es propaganda de Occidente, porque en Colombia, y quizá tampoco acá, en los Estados Unidos, la gente ha sido informada correctamente sobre este conflicto. Hace poco una amiga ucraniana-americana me dijo que ella creía que las bajas en cada bando eran de 150 mil hombres, y casi lloro al tener que revelarle las cifras más exactas, que son de 350 mil bajas rusas por casi 1 millón de ucranianos. Eso incluye muertos, heridos, prisioneros, desaparecidos y desertores. Los rusos han sufrido como 60 mil muertos; los ucranianos cerca de 300 mil, y eso incluye como a 20-30 mil mercenarios occidentales, más que todo polacos, británicos, americanos y canadienses.

La destrucción material ha sido enorme. Los rusos han destruido casi 15 mil tanques y vehículos militares entregados a Ucrania en estos dos años. A eso hay que sumarle miles de drones y piezas de artillería. Las pérdidas aéreas  ucranianas también son significativas y los rusos gozan de completo dominio en el aire.

Los Estados Unidos y resto de países de la OTAN le han entregado casi $200 billones de dólares a Ucrania en estos dos años, y la verdad, hay poco para mostrar, excepto la matanza de ucranianos en el campo de batalla. Los ucranianos pierden el equivalente de un batallón cada día de la guerra, lo cual, son bajas monstruosas para nuestro tiempo.

Los rusos controlan 20% del territorio ucraniano de la pre-guerra, y se estima que no van a parar hasta que controlen al menos el 40%. Ciudades como Kharkov, Kiev y Odessa podrían terminar en manos rusas (si, Kiev, la capital, es una ciudad eminentemente rusa), lo que dejaría a lo que quede de Ucrania como un “rump state”, es decir, un país acabado y dependiente de otro país, que en el caso ucraniano, se va a limitar a la parte occidental del país, la parte católica (Kiev es una ciudad ortodoxa).

La guerra ha provocado una migración masiva en Ucrania que ha llevado a 10 millones de ucranianos a abandonar el país. En el lado ruso, cerca de 820 mil rusos abandonaron el país al inicio de las hostilidades, aunque más de la mitad ya han regresado. La mayoría de los que se fueron lo hicieron para capar servicio militar o “draft”.

Quizá la parte más interesante de este conflicto ha sido cómo la guerra “económica” ha resultado un completo fracaso para Occidente. Rusia está mucho más rica que antes de la guerra, y las famosas sanciones, no han servido para mucho. Todo lo que dejó de llegar de Occidente a Rusia fue inmediatamente reemplazado por productos chinos e indios. Seis de las marcas más vendidas de carros en Rusia, hoy en día, son chinas. Los supermercados rusos están abarrotados de productos, no solo chinos y de otros países de Asia, sino también Ocicdentales, pues Rusia evade muchas de las sanciones en ambas direcciones. El petróleo y el gas rusos todavía llega a Occidente a través de terceros, y productos de Occidente también llegan a Rusia a través de esos mismos terceros.  En Rusia ni siquiera hay la escasez de chips que tanto se temía, pues estos están llegando a Rusia vía Armenia y Turquía.

El desempleo en Rusia es casi cero, y muchas ocupaciones ahora son muy bien pagas. Dos terceras partes de los rusos opinan que están viviendo MEJOR ahora que antes de la guerra, ¿cómo les parece? La inflación es alta, pero los salarios también han subido, contrarrestando la inflación.

Y lo más importante: la moral del pueblo ruso es alta. Cerca de un 80% de la población apoya a Putin y considera que su presidente está haciendo un buen trabajo.

Es cierto que las libertades individuales han sido reducidas, pero también es cierto que el país lucha por su supervivencia y no se puede dar el lujo de una prensa libre, o de libertad de expresión. Para todos los efectos prácticos, el país está en una economía y estado de guerra, lo que ha hecho que tanto las comunicaciones y los medios sean censurados.

Quizá la parte más dura de todo esto ha sido el retroceso de las comunidades LGTBQ, pero con todo el respeto de estas comunidades, la gran mayoría de los rusos se opone al exceso de derechos de estas comunidades. Rusia es un país conservador en cuestiones sociales, y aunque los gays y lesbianas pueden vivir en Rusia normalmente, allá ustedes no van a ver la bandera del arco iris ondeando en ninguna parte.

Finalmente, hay que decir que esta guerra ha sido una ENORME DERROTA ESTRATÉGICA para Occidente. El mundo cambió, y ya nada es igual a como era antes de la pandemia.

Antes de 1991, cuando la Unión Soviética se desintegró, pasamos de un mundo BIPOLAR (los Estados Unidos y la Unión Soviética) a un mundo UNIPOLAR (solo los Estados Unidos). Hoy en día vivimos en un mundo MULTIPOLAR con tres polos de poder claros: los Estados Unidos, China y Rusia. El regreso de Rusia al tinglado mundial en menos de 30 años ha sido nada menos que ASOMBROSO, y el responsable de ese retorno al poder global es Vladimir Putin, gustenos o no nos guste el hombre.

Y queda perfectamente claro que, en un futuro, el bloque BRICS dominado por Rusia y China será el bloque dominante en el globo, simplemente por números. BRICS, hoy en día, alberga 3/5 partes de la población mundial y va a seguir creciendo. Eso para no decir que la influencia rusa y China en continentes como África y Latinoamérica es cada vez mayor.

Ucrania no va a ganar esta guerra, independientemente de si les dan $100 billones más o un trillón de dólares más.

Y si Occidente se mete directamente en el conflicto para intentar revertir ese resultado, los rusos van a usar armas nucleares y hasta ahí llegamos. Ahí no hay gane posible para nadie, excepto Rusia.

Por lo tanto, lo mejor para este planeta es empezar a aceptar ese resultado y urgir a todos los participantes en el conflicto a buscar una paz negociada.

Ucrania, el país más afectado por el conflicto, debería manda a Occidente para la mierda y negociar directamente con los rusos. Es lo único que les queda para intentar salvar algo de su país.

Y el Gobierno de Colombia, dentro de su relevancia marginal en asuntos mundiales, debería cultivar el terreno, ahora que Petro medio tiene una voz audible en el panorama global, para que esta guerra termine lo más pronto posible.

Por cierto, casi lo olvidaba: Ucrania ya no es el país “nazi” de hace dos años. Los fascistas más fanáticos han perecido en los campos de batalla de Mariupol, Bakhmut y Avdiivka, aunque la “desnazificacion” de Ucrania aún no ha terminado. Eso para no decir que la mayoría de los mercenarios occidentales caídos en Ucrania también eran nazis. El fascismo ha retrocedido globalmente en gran medida gracias a Rusia, y son casi 50 los mercenarios colombianos uribistas muertos en Ucrania. El clima global ahora es de “liberación”, y el fascismo, en todo el mundo, está en retroceso. El único régimen fascista que sobrevive es Israel, un país que se ha convertido en una nación “paria”. Hoy en día, nadie quiere ir a Tierra Santa a visitar lugares históricos del catolicismo. Y nadie tampoco quiere tener un buen amigo judío, a menos que esa persona sea judía.

Y a los “bullies” americanos les pararon el carro. Esa era en la que los Estados Unidos hacía lo que le daba la gana, también se acabó. Ahora van a encontrar respuesta en cada abuso que cometan, y eso es bueno, muy bueno para el resto del mundo.

Tal como a medidos de 1945, creo que le estamos debiendo algo a los rusos después de todo. No serán muy sofisticados los rusos, pero no se dejan de nadie, y eso yo lo admiro profundamente.

Esa es la vida: mandar para la mierda a todo aquel que te la quiera montar, y los rusos son bastante buenos en eso…

Felipe A. Priast

Febrero del 2024

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