
Por: Leonardo Franco Arenas / www.latardedelotun.com
________ El viernes 15 de marzo se realizó una multitudinaria convocatoria de la Minga Indígena del suroccidente en la ciudad de Cali. El lugar no podría ser más emblemático, el Monumento a la Resistencia en Puerto Rellena o Puerto Resistencia al sur oriente de la capital del Valle. Este monumento se erigió en homenaje a las personas fallecidas en el marco del movimiento nacional de las protestas en 2021.
Allí, en medio de la multitud reunida el presidente Gustavo Petro estuvo acompañado por la vicepresidenta Francia Márquez y otros miembros del gobierno nacional, dirigentes indígenas, sindicales y jóvenes. Desarrolló un discurso de casi dos horas haciendo hincapié en las estrategias de la derecha y la dirigencia política tradicional para bloquear las iniciativas de reforma planteadas por el ejecutivo, torpedeadas desde el Congreso, la rama judicial, medios de comunicación y gremios, entre otros.
“Nosotros nacimos en este monumento de la Resistencia, nosotros nacimos de esa juventud de barrio. Yo soy de la primera línea del Cambio. La primera línea del cambio es la paz, la democracia, la mujer, el negro, el indígena. Si la primera Línea del cambio es el pueblo, Colombia cambia.” “Este triunfo electoral no puede quedar como el último triunfo popular” “Colombia cambia si cambia su sistema de salud, agrario, pensional, si cambia la producción y el amor, frente al barrio, al hijo, la familia, la universidad y frente a la humanidad”. Expresó el presidente.
En su discurso habló de la posibilidad de una Asamblea Nacional Constituyente “si las instituciones del país no son capaces de estar a la altura de las reformas”. “Si esta posibilidad de un gobierno electo popularmente, en medio de este Estado y bajo la Constitución de Colombia, no puede aplicar la Constitución porque lo rodean para no aplicarla y lo impiden, entonces Colombia tiene que ir a una Asamblea Nacional Constituyente” “Las instituciones que hoy tenemos en Colombia no son capaces de estar a la altura de las reformas sociales que el pueblo a través de su voto decretó, demandó, mandó y ordenó” subrayó el primer mandatario de los colombianos.
Después de estas declaraciones y de manera inmediata los medios tradicionales abrieron los noticieros con un escándalo de marca mayor, en el vórtice de la tormenta mediática, el presidente Petro. Epítetos de todo calibre, bulos y fakes news desde diferentes orillas se han escuchado.
Tras los medios y sus editorialistas saltaron los políticos, adalides incólumes de la perfecta e histórica democracia colombiana manejada por los mismos: Vargas Lleras, el ex sub presidente Duque, Uribe Vélez, Fajardo, Fico, Gaviria y sus abyectos secuaces, Cabal, Valencia, Polo Polo, Jota P Hernández, Claudia López y su esposa, De La Calle (quién lo creyera), Miguelito Uribe y todos los políticos de los partidos Centro democrático, Conservador, Liberal, Cambio Radical y demás que representan la derecha.
De Risaralda el caso es vergonzante, de los congresistas no se salva ninguno, Carolina Giraldo y Alejandro García, rechazaron con voz en cuello satanizando la propuesta (identificados ahora como más de lo mismo), pocos en el departamento salen a apoyar esta idea porque defienden el statu quo subyacente.
Todos estos ahora se apropian del derecho de señalar como se construye, de qué manera se vive y de qué forma se sufre en una “democracia” planificada por quienes siempre han estado en el poder e invalidan esta posibilidad de cambio.
Si esta posibilidad causó ronchas y urticaria en toda la dirigencia política y económica del país es porque puede ser el camino correcto y esto les causa pánico, seguir cuesta abajo.
Bienvenido el debate en las diferentes instancias y a todo nivel, servirá como catalizador para potenciar los cambios propuestos y necesarios en la sociedad colombiana.