
Por: Leonardo Franco Arenas / www.latardedelotun.com_________
Generalmente desde las seis de la mañana sintonizo 88.7, la W, por dos razones: La primera, es la única cadena de noticias del FM que puedo sintonizar desde mi celular y segundo, para escuchar la diatriba diaria en contra del presidente Petro, su gobierno y la defensa a ultranza del estado de cosas que han imperado en el país durante 200 años, por parte del equipo de trabajo.
Pues bien, Julito Sánchez con su costosa y almibarada voz de anchorman, cabe el anglicismo por su inocultable gusto por ese idioma, se derramó en prosa sobre una columna de Felipe López Caballero publicada en El Tiempo el 14 de abril, titulada: Petro y la lucha de clases. Julito, secundado por sus dos aplaudidores de nómina, Calvas y Lucas Pombo, elogiaron de manera holgada la forma y la profundidad filosófica de esta pluma “desperdiciada”, que luego de vender Semana en donde era el editorialista, poco ha escrito. Reclaman estos tres mosqueteros del micrófono (La W) una participación cuando menos semanal del delfín López opinando en algún medio.
Esa insistencia y la pretendida clarividencia conceptual del contenido de esta columna, me hicieron buscarla en internet porque no la había leído, y ¡ohhh no hubo sorpresa¡, el mismo discurso envilecido e inexacto, falso entre líneas, interpretaciones acomodadas, un texto plagado de exageraciones perversas como decir “quien más han querido los “nadies” en el último medio siglo ha sido Álvaro Uribe” recordemos esta cifra, 6.402, y remata con “Igualmente, el ministro que más ha hecho por los “nadies” en vivienda, acueducto, alcantarillado e infraestructura vial ha sido Germán Vargas” cuando todos sabemos lo que pasó con los billonarios contratos de las vías 4G y los acueductos y alcantarillados en los territorios (preguntar a un tal Carrasquilla).
Inicia el escrito con esta línea “Petro solo cuenta con el apoyo de un tercio de los colombianos en medio de la sensación de que el país se está descuadernando” Desconoce que hoy la percepción, más que las encuestas (amañadas) es que cuenta con muchos más votos ahora, que cuando fue elegido. El país se le descuadernó pero a la elite que marraneó con este país durante una infinidad de años sin que le importaran “los nadies”. Así escribe este prócer de rancia estirpe heredada, muy pertinente con la novela escrita por su padre Alfonso López Michelsen en la década del 50, Los Elegidos, que es la descripción del mundillo de los señalados por la diosa de la fortuna, del poder y los apellidos, en el Atlantic Club (Jockey) que viven en el exclusivo barrio de La Cabrera en Bogotá, y se benefician de la cercanía con el Gobierno, una radiografía de la tal aristocracia bogotana.
Más adelante remata con, “El problema es que Petro, un agitador político brillante, ha resultado un administrador incompetente con una personalidad paranoica y pendenciera y unos hábitos de trabajo extraños”. Lanza al aire bulos y dudas pretendiendo dejar señalamientos verdaderos en el ambiente, cuando sabemos de las lenguas y plumas viperinas de estos defensores de los intereses de su clase.
Sobre las reformas sociales y el hundimiento en el congreso apunta, “en el desarrollo del debate han salido a flote riesgos enormes en la mayoría de las propuestas del Gobierno”. Oportunista medido, porque no aclara que los riesgos son para los poderosos de la economía y la política colombiana, riesgos de un cambio en marcha que los deja al margen de la supremacía que han tenido por años. Termina este párrafo con estas líneas “Las críticas que se le han hecho a la reforma de la salud, a la laboral, a la de pensiones y a otras, son contundentes”. Las pregunta son, ¿por quienes? ¿Y a quienes defienden los congresistas?
El iluminado heredero termina con esta perla “Cuando personas como Mauricio Cárdenas, Alejandro Gaviria, Juan Carlos Echeverry, Juan Camilo Restrepo, Salomón Kalmanovitz, Mauricio Cabrera, Cecilia López y muchos otros opinan, no lo hacen porque estén al servicio de los grandes intereses privados. Lo hacen porque están preocupados por el futuro de los “nadies” y del país” ¿estos granujas?. Eso es cinismo en su más pura esencia, parlotear sin vergüenza desconociendo la realidad y la historia de la nación. Es la catadura de un bribón de apellidos altisonantes. Y que decir de los lambones sobachaquetas de La W, continuaran como adalides de la oposición colombiana, lo que éticamente no deberían hacer pero que sin chistar obedecen a sus patronos.
Les dejo el link de la columna de este resucitado delfín.