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EEUU y las potencias de occidente le han dado carta blanca al Estado sionista de Israel al mando del criminal de guerra Benjamín Netanyahu, para que sin ninguna restricción moral, económica o humana lleve a cabo el exterminio paulatino del pueblo palestino en un feroz genocidio que lleva más de un año. En su ofensiva fascista, con la excusa de combatir a Hezbolá ha involucrado a Líbano en su propio territorio, sin que eso les importe. Ahora, estamos al borde de una catástrofe de inimaginables consecuencias mundiales al encarar a Irán señalándolo de ser el patrocinador de estos grupos, es la justificación.
El terror y la desesperanza se han apoderado de Palestina y Líbano desde que Israel dio la orden de atacar estas naciones por aire y tierra, en una estrategia de tierra arrasada con el solo propósito de apoderarse de los territorios a cualquier costo, sin que haya quien les chiste este despropósito. La mayoría de los gobiernos del mundo miran de manera impasible lo que allí sucede, mientras tanto, las potencias continúan abasteciendo de armamento, pertrechos y dinero a los israelíes, mirando hacia otro lado sin ningún asomo de vergüenza o conmiseración.
Blinken el secretario de estado estadounidense de origen judío, ha hecho más de trece visitas a esta zona sin que hasta el momento haya logrado algún avance para la paz en este exterminio, que el gobierno israelí de marcha atrás en su intención o como mínimo, permita el abastecimiento de salud y alimentos a sus habitantes. ¿Hasta cuándo el mundo permitirá el holocausto de este policía autoritario en la zona?