
Por: Leonardo Franco Arenas / www.latardedelotun.com________
A partir del 11 de diciembre de este año ha estado disponible en la plataforma Netflix la primera parte, compuesta de ocho capítulos, de Cien años de soledad. Desde el mismo amanecer del día 12 se han conocido decenas de artículos casi todos de críticos literarios, enfilados a expoliar en la mayoría de los casos la puesta en escena de la obra cumbre del escritor colombiano. Desde la crítica de cine también hemos podido conocer diferentes puntos de vista sobre el guion, adaptación, fotografía, actuaciones, producción etc. desde este lado, la crítica ha sido más benévola con la serie y la apuesta monumental de esta plataforma digital de streaming.
Antes que todo enterémonos de lo que opinaba GGM sobre los críticos:
“Los críticos se han arrogado la tarea de ser intermediarios entre el autor y el lector. Yo siempre he tratado de ser muy claro y preciso cuando escribo: intento llegar directamente al lector sin tener que pasar por el crítico.”
“Tengo un concepto probablemente injusto de la crítica: creo que es una actividad puramente parasitaria.” “Los críticos son una especie de personajes parasitarios”
“Me disgustan los críticos porque, en general, con una investidura de pontífices y sin darse cuenta de que una novela como Cien años de soledad carece por completo de seriedad y está llena de señas a los amigos más íntimos, señas que solo ellos pueden descubrir, asumen la responsabilidad de descifrar todas las adivinanzas del libro corriendo el riesgo de decir grandes tonterías.”
Queda plasmada como referencia, el sentir y la poca consideración del escritor con esta, según su apreciación, caterva oportunista de pretendidos iluminados o ilusorios poseedores de la verdad develada sobre cualquier escrito.
En estos días hacen su crítica sobre una adaptación visual –cinematográfica- en un formato de serie de TV, para aproximadamente 16 horas en total de la obra. El escritor siempre condenó cualquier intento para llevarla al cine, entre otras razones, por ser lenguajes diferentes, lo que implica el realismo mágico, mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común. De otra parte el mayor temor estaba en reducir la novela dentro de un esquema visual de dos o tres horas de duración como máximo cuando se habló de cine. Razón tenía GGM para plantear estos temores, el riesgo era alto.
Generalmente las adaptaciones cinematográficas no son consecuentes ni meritorias con la obra literaria, son muchas las decepciones y muy contados los éxitos en estas iniciativas cuando se busca un reflejo exacto del escrito. El libro deja al lector un margen para que desde la imaginación pueda darles cara a los personajes, a los espacios y a las situaciones que se describen, en cine eso no se puede, dado que en el cine la única cara es la que se está viendo. Sucede de igual manera con la descripción de lugares, desenlaces y las circunstancias que se describen.
Quienes pretendan encontrar en esta adaptación una fiel copia del libro, unos hilos conductores expresos que conecten fielmente al texto no estarán satisfechos, comenzando porque muchos de los diálogos inexistentes en la obra, fueron construidos en los libretos. Aquellos puristas que intenten exigir desde su óptica un calco fiel a lo que existe impreso y en sus mentes, que no la vean, lo digo sin rodeos.
Creo que aceptarán de mejor manera la serie quienes no han leído la obra e inclusive, aquellos que la leyeron hace muchos años. También quienes disfrutan de otro discurrir narrativo, no únicamente como lector.
Sin ser crítico de cine o literario comparto una opinión personal, evitando en lo posible establecer comparaciones entre la obra escrita y la versión televisiva.
Primero, pienso que para hacer una crítica seria se deben ver los 16 capítulos de las dos temporadas.
La voz en off, aunque es un apoyo indispensable como recurso narrativo para hilar la historia en la serie, no resultó la más acertada, altibajos en el ritmo y entre secuencias.
La mayoría de los personajes se diluyen por ¿falta de fuerza interpretativa? ¿Fue una estrategia de la dirección para no restarle importancia a la historia?
La banda sonora no pega, no enamora, no queda.
A veces los saltos de época parecen abruptos, crean despistes transitorios, algunos puntos claves del universo mágico, hechos que solo suceden en Macondo pasan muy rápido, casi imperceptibles al ojo del espectador, pero notado por aquellos que tienen una memoria del libro.
De resaltar la fotografía y la iluminación, aunque algunos indiquen que para la dirección parece que fue más importante esto que la misma historia.
De los actores menciono a la caleña Marleyda Soto, Úrsula Iguarán adulta, me parece que dio vida a un personaje creíble de una matrona potente, enérgica y recia, pero sobre todo fue consistente a través de la historia soportando el peso del hilo conductor de la serie, se notó su experiencia actoral.
La mayoría de los actores pasan pero sin destacar, inclusive Claudio Cataño, desde mi perspectiva se equivocaron en el casting del coronel Aureliano Buendía, siendo un excelente actor.
La producción en general fue impresionante, de lejos la serie para televisión con la mayor inversión e investigación que se haya hecho en Colombia. En Fin, esta adaptación dará mucho que decir y opinar.