Por: Leonardo Franco Arenas / www.latardedelotun.com_________
Miguelito, si, así chiquitico porque así es él en todos los sentidos, es uno de los comodines de los que dispone el Uribismo para ir lanzando al fuego en esta etapa de precalentamiento electorero. Él, en la nube de ensoñación politiquera en la que vive, está convencido que será “el que diga Uribe”, este adulto de 38 años con madurez mental de adolecente, conductas y pataletas de un nene de 5, no ha podido entender cuál es su rol en el patético escenario de la ultraderecha colombiana y los cálculos del titiritero mayor. Su actuar irresponsable en el hundimiento de las reformas que propone el gobierno para mejorar la calidad de vida de los colombianos, el craso desconocimiento de los temas macro económicos y la total ausencia de alguna sensibilidad social, lo hacen el blanco al que le apuntan desde todos lados con burlas o madrazos. No le atina a una, se desgasta torpemente sin ni siquiera sospecharlo, la inteligencia no le da siquiera para ello, recordemos sus apellidos Uribe, ¿quién fue su padre?, Turbay, ¿quién fue su abuelo? Este fatuo heredero no sospecha que es un instrumento de ese poder oscuro que pretende volver al poder, pero no con él, no se arriesgarán a otra burrada como la que cometieron con Duque.