
Por: Leonardo Franco Arenas / www.latardedelotun.com_________
Cuando Joseph Robinette Biden Jr, más conocido como Joe Biden se posesionó como el 46° presidente de los Estados Unidos el 20 de enero de 2021, vientos de esperanza se sintieron no solo en ese país, también en todo el mundo. Joe había derrotado a Trump en las urnas y aunque este trató de invalidar el resultado de varias maneras no lo pudo logar. Recordemos que Donald había sido uno de los pocos presidentes que no pudo lograr la reelección inmediata y que partidarios suyos se tomaron por la fuerza el capitolio, cuando el colegio electoral certificaba la victoria de su contendor.
El gobierno Trump podría calificarse como uno de los más polémicos en la historia de ese país, sustentado especialmente en la gran cobertura mediática de importantes cadenas de comunicación que amparaban su administración. A juicio de algunos politólogos e historiadores fue una de las perores administraciones en la historia de ese país.
Trump considerado como uno de los peores mandatarios, pasó por encima de la diplomacia internacional, rompiendo reglas y tratados con aliados históricos en materia: Económica, armas, tuvo conflictos con la OTAN, con sus vecinos, especialmente con México y Canadá. De igual manera muchas de sus decisiones dentro de EE UU no fueron del buen recibo por la mayoría de los ciudadanos. A esto se suman los diferentes escándalos en los que se vio envuelto, agresión sexual, evasión de impuestos, soborno y un juicio político en el Senado por obstrucción a la justicia y abuso de poder, no se alcanzaron los votos suficientes para ser destituido.
Con este panorama, Biden tenía todo a su favor para ser reelegido, él o su sucesora, salir por la puerta grande con una amplia y positiva recordación del electorado norteamericano a su favor, pero desafortunadamente no fue así. Quizás durante los primeros dos años al frente de la Casa Blanca se observaron unos indicadores positivos en su gestión que con el transcurso del tiempo se vinieron abajo y la sociedad estadounidense se lo cobró, especialmente la clase media trabajadora.
Hace unos días se conoció de una encuesta de Gallup en la cual la mayoría de los ciudadanos creen que su administración fue mediocre.
Dos hechos graves en el escenario internacional marcan su paso por la Casa Blanca, la guerra de Ucrania con el apoyo armamentista al gobierno de Zelensky acompañado de la OTAN, en una movida que sin ser una estrategia geopolítica, ha sido la tapadera de la comercialización en grandes paquetes económicos de armamento, equipos y apoyo logístico.
El exterminio de la nación Palestina por parte de Israel especialmente de Gaza y sobre la cual no tuvo una posición clara para detener a su aliado estratégico en la región en esta masacre, que fue en lo que se convirtió este desigual enfrentamiento. Fue partícipe del aniquilamiento de un pueblo por las armas, el hambre, la salud y la falta de servicios básicos como el agua, el gas y la energía.
Bye, Bye Mr. Biden, a sus 82 años y con la mente deteriorada como parece ser, no podrá siquiera arrepentirse de los hechos cometidos y de otros sobre los cuales miró para otro lado y no condenó estos holocaustos modernos.
Bye, Bye Mr. Biden, con su indeciso y torpe gobierno nos ha dejado de herencia un personaje de tira cómica, que ve al mundo como una gran parcela de su propiedad y actúa como un abusivo sheriff del oeste americano. Codicioso, con un gran apetito de poder y dinero rodeado de la que parece ser la nueva élite de dueños del mundo, Elon Musk y sus amigos.
Bye, Bye Mr. Biden el mundo no lo extrañará.
Colofón: La derecha colombiana echa voladores porque La Cabal y Miguelito fueron invitados a la posesión del magnate, pero ver a Mafe en gallinero en un coliseo la noche anterior al evento en el Congreso “no da buena espina” que sean tomados en serio, pero si nos da una idea real de cuál es la importancia de estos personajes y Colombia para el nuevo gobierno estadounidense.