GACETILLA. 11.02.25

Por: Leonardo Franco Arenas / www.latardedelotun.com_________

  1. Delfines y delfinas. Así se nombra en Colombia, que tradicionalmente ha empoderado a castas, o clanes para la sucesión política, ser hijo (a) o familiar de algún político fallecido, retirado o en algún cargo y que pretende desde esa consanguinidad, ser heredero del poder político de su pariente.

Los delfinazgos en este país son conocidos y aceptados, de buena o mala manera, siendo la razón por la cual desde la independencia han sido unas pocas familias las dueñas del poder en nuestra Nación y han gobernado. Los hay a nivel nacional y regional, hombres y desde hace unas décadas mujeres quienes desde sus apellidos, amparados por el dinero y el reconocimientos de sus padres o abuelos quieren ser actores de primer orden en el escenario político colombiano. Algunos (as) se camuflan inteligentemente y toman “distancia” de sus clanes pero al final de la tarde son más de lo mismo.

  1. Lápida al cuello. Irresponsable le dijo Carlos Carrillo director de UNGRD A la periodista Paula Bolívar de La W acusándola de poner una lápida al cuello de John Fredy García, un contratista de Arauca, a quien señaló de pertenecer al ELN. Lo anterior, de acuerdo a una investigación que lleva a cabo sobre el contrato de una maquinaria amarilla, que según la periodista, es otro gran escándalo de corrupción.

Actúa de investigadora, fiscal y juez al mismo tiempo, en su afán como dice Carrillo, de ganar un nuevo premio de periodismo,  No se puede poner en riesgo la vida de una persona, sobre todo en esa zona de conflictos y violencias históricas. Si resulta culpable que lo juzguen y condenen quienes tienen esa tarea.

  1. Efecto teflón. Durante mucho tiempo circuló un dicho que hizo carrera en Colombia, el “efecto teflón” que parecía recubrir a Uribe. A pesar de los múltiples escándalos que han salpicado su vida política, gobernación de Antioquia, Aerocivil, subsidios de agro ingreso seguro, los negocios de los hijos, interceptaciones, seguimientos a opositores, vínculos con los paramilitares, aprobación de la reelección presidencial y ejecuciones extrajudiciales, falsos positivos y un largo etc. La popularidad se mantenía y la impunidad estaba blindada para que no lo tocara la justicia. Parece que eso llegó a su final; ahora está al frente de la justicia a la cual parece querer hacerle conejo y salirse por la tangente.

Hablando de teflón, los que también tienen este efecto pero contrario son sus candidatos a la presidencia, ninguno pega, todos se desinflan de un día para otro, parecen estar revestidos de este polímero y son impermeables a la aceptación del pueblo, su carisma y estatura política (en mínimos) los hace antiadherentes ante la opinión pública.

 

 

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