
Por: Leonardo Franco Arenas / www.latardedelotun.com ______
¡CONTUNDENTE! Así fue la respuesta del pueblo colombiano a la convocatoria realizada desde diferentes frentes para salir a las calles de ciudades y pueblos del país en respaldo del SÍ a la Consulta Popular.______
De manera pacífica, organizada, multitudinaria, colorida y llena de alegría, la nación marchó y envió un mensaje claro al Congreso: el mandato está dado, y ahora solo queda que ellos lo acaten o lo desobedezcan. El pueblo no está para burlas; despertó y tomará medidas.
La actitud de los congresistas de la Comisión Séptima —ocho, para ser exactos— fue el detonante que sirvió para romper con esa dictadura soterrada de quienes solo obedecen a sus amos económicos. La movilización evidenció una fractura definitiva en el establecimiento que se tambalea ante la fuerza popular.
Los corruptos y politiqueros tiemblan. Lo que se vio ayer en calles y plazas del país no tiene precedentes: una demostración del verdadero poder ciudadano, ejercido de forma directa, sin intermediarios y en PAZ, hasta aquí hubo un límite de tolerancia del que la elite se burló. Ahora, se inició una nueva etapa, el pueblo se ha empoderado, poniendo fin a siglos en los que su dignidad fue pisoteada.
El Senado tiene ahora la palabra para aprobar la consulta popular de 12 preguntas, ordenadas por el mismo pueblo. Ese poder supremo tiene en su mira a los políticos corruptos y a los mandaderos de las élites, a quienes el pueblo no va a reelegir.
Se les “jodió” el negocio, socio. Aunque los medios corporativos y los políticos de derecha intenten desde ayer desvirtuar las marchas y la masiva participación ciudadana, en medios alternativos y redes sociales se ha visto claramente que la movilización fue mucho más grande de lo que pretenden hacer creer. El pueblo despertó y no se detendrá.
Lo más importante ahora es la socialización y la pedagogía de las preguntas, motivar, explicar las razones para votar en la consulta y mantener viva la llama del cambio. Este es solo el primer paso, pero quizás el más crucial, pues marca un punto de quiebre en la historia.
La fuerza descomunal de este movimiento ciudadano les tiene que dar miedo. Se les jodió el negocio, socio.