EDITORIAL: MARTIR Y UNA POSIBLE NUEVA MARÍA CORINA.

 

www.latardedelotun.com / 11.08.25

Execrable crimen cuando menos, la muerte remota del senador Miguel Uribe Turbay, posterior al repudiable atentado del que fue víctima el 7 de junio en Bogotá. Este hecho, lamentable para toda la sociedad colombiana, debe ser punto de quiebre en este momento de la historia, sobre todo porque, por primera vez un gobierno prioriza la vida y la paz por encima de todo.

Como seres humanos, percibimos el dolor de los demás y nos condolemos del sufrimiento ajeno; es la naturaleza de la mayoría. Por ello, todas las expresiones de pesar y acompañamiento son entendidas y bienvenidas en estos momentos. Esto forma parte de nuestra condición humana, sin que pueda haber un tratamiento diferente, según la condición, la ideología o las creencias de las víctimas.

Lo anterior podría considerarse como el comportamiento esperado en una sociedad: sensible y solidario en momentos difíciles. Sin embargo, lamentablemente,  no ha sido así.  Aquí ha habido muertos de primera, segunda y tercera categoría (aquellos que aún victimizan, negándolos), esos NN a los que les niegan la oportunidad incluso de conservar un nombre después de ser asesinados. La historia de Colombia está marcada por un horroroso sino de muerte, con magnicidios, masacres, asesinatos selectivos, genocidios etc. y, desafortunadamente solo cuando son personas reconocidas, sobre todo en el escenario político nacional, se prenden las alarmas y surge un sutilmente manejado, “dolor nacional”.

Prestos siempre están los oportunistas, que solo obedecen a los intereses sibilinos de quienes manejan el país. Buitres que, desde medios de comunicación destilan veneno en contra de antagonistas, es inquietante la forma, ya abierta y sin vergüenza alguna, en que señalan sin pruebas, utilizando todos los epítetos deshonrosos y ofensivos contra los opositores, los micrófonos de las grandes cadenas están prestos a permitir las infamias.

De otra parte, de manera soterrada y con un tono de aflicción inimaginable, los directores y periodistas de los medios del poder, inundan sus emisiones con titulares que presentan un escenario de caos total.

Retomando el título de este escrito, así caigan rayos y centellas sobre esta opinión: MARTIR Y UNA POSIBLE NUEVA MARÍA CORINA. Este es el sesgo con el que están manejando este tema tan lamentable, todo con un solo objetivo: recuperar el poder, aquí están manejando el dolor y la indignación de un sector, de manera oportunista, tratan de crear un mártir. Uribe Turbay les puede servir más como muerto, en sus torcidas pretensiones. De la misma manera están empujando suavemente, para no levantar sospechas, a María Claudia Tarazona, si nos remitimos a los dos últimos meses transcurridos desde el día del atentado, ella era una persona prácticamente desconocida para la gran mayoría de colombianos. Sin embargo han manejado su imagen, sus declaraciones y sus actividades de tal forma que, en algunos círculos ya ha comenzado a sonar desde hace unas semanas, como posible reemplazo de su esposo en la carrera por la presidencia. Una especie de María Corina  se ha estado cocinando a fuego lento para esta posibilidad, oportunidad que para ellos se aumenta con la muerte de quien fuera senador de la república.

Si piensan que esto es hilar muy delgado, les recuerdo la frase, “piensa mal y acertarás”

Nuestras condolencias a la familia Uribe Turbay, amigos y copartidarios.

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