CARTA ABIERTA A LOS “PATIÑO” DE LA NACIÓN.

Por: Leonardo Franco Arenas / www.latardedelotun.com_______

Generalmente no contesto ni refuto las posiciones personales de las decenas de sujetos que comentan mis escritos o post en redes sociales, en La Tarde del Otún o en www.latardedelotun.com, cuando se hacen con respeto, así sean contrarios a mi percepción, empatía o responsabilidad social y política frente al tema País con respecto a la Nación.

La línea demarcada continúa igual, no obstante, aprovechando un destemplado comentario que hacen a un post sobre la noticia de la pre candidatura de Iván Cepeda a la presidencia, pero sobre todo, por el tono procaz y tendencioso, me permito transcribirlo, “La Tarde del Otún veo que usted es uno de los que están viviendo sabroso, lo felicito, y “Si usted es una de las personas que está feliz con la inseguridad que está viviendo este país, déjeme decirle que está siendo cómplice del dolor de miles de familias que hoy lloran por culpa de la delincuencia. La indiferencia alimenta al crimen, y mientras unos callan, otros sufrimos las consecuencias. Es hora de despertar, exigir respeto, defender la vida y recuperar la tranquilidad que nos pertenece.”

Por tanto, me permito hacer una carta a los “Patiño” que se regodean en falsas narrativas para defender su oscurantismo político y despotricar de una nueva frontera, que ahora sí, el pueblo colombiano puede vislumbrar.

“Patiño” de Colombia y del exterior.

Desafortunadamente, pero en el derecho constitucional de disentir y el inalienable poder que se posee como persona individual, usted nos tacha de ser: “uno de los que están viviendo sabroso. Usted es una de las personas que está feliz con la inseguridad que está viviendo este país. Cómplice del dolor de miles de familias que hoy lloran por culpa de la delincuencia. La indiferencia alimenta al crimen, y mientras unos callan, otros sufrimos las consecuencias”. Sin recato alguno, de manera irresponsable y deslenguada escribe usted desde una  inconciencia dirigida, alguien que asumo, tiene alguna formación académica y por ese motivo es más inadmisible una posición beligerante.

La historia del país es una historia dolorosa enmarcada en desigualdades sociales, falta de oportunidades para la mayoría, sin embargo, con grandes prerrogativas y privilegios para unos pocos. Colombia viene de cuatro décadas de violencia, en contra de los más vulnerables, con el acelerador al ´piso, los 80 y 90 el narcotráfico cooptó el Estado y el aparato económico del país, hasta el extremo de poner presidente en 2002. Debido al pavor manipulado del crecimiento de la insurgencia y una campaña presidencial de sangre, sustentada en el miedo: atentados a la población civil, auto atentados, falsas narrativas desde los medios y el surgimiento de un operador de la violencia que solo había tenido trascendencia en Antioquia en donde creó las Convivir y toda la estructura del nefasto paramilitarismo, en alianza con su hermano gemelo (creadores de violencias), el narcotráfico.

Negarlo, hacerse el de la vista gorda ante estos hechos que sumieron al país en una «plutocracia narcotraficante», un escenario en el que esas élites económicas, vueltas a enriquecer a través del narcotráfico y han ejercido un control significativo sobre las instituciones políticas y sociales, NO es social, ni humanamente correcto. Ya, que en este contexto, el poder político y económico  ha estado dominado por individuos y grupos vinculados al negocio de las drogas, quienes durante algo más de dos décadas han ejercido el poder y el control del país  mediante la violencia, la  riqueza y narrativas de miedo a través de los medios de comunicación corporativos en Colombia.

El despojo de tierras, hay que entender que la codicia del poderoso tiene como objetivo la tierra, genocidios, masacres, persecución a líderes sociales y políticos de izquierda en un descarado y flagrante desconocimiento a los derechos humanos, rematando con 6402 víctimas mal llamadas falsos positivos. Son solo unos pocos ejemplos, de las estrategias de poder y gobierno de esa falange que usted pretende defender, lo anterior tiene muchos adjetivos, ninguno de buen calibre.

Ahora bien, Si en la expresión “está viviendo sabroso” se refiere a un tema eminentemente económico por pauta o pago de publicidad, déjeme decirle que NO, La Tarde del Otún, no recibe pauta de ningún lado. De la derecha no han faltado los ofrecimientos, pero por decencia y sensibilidad social no se acepta. La izquierda y el gobierno ni siquiera lo han hecho, ahí está gran parte de la diferencia conceptual y política entre usted y yo.

“Feliz con la inseguridad” “Cómplice del dolor” “Indiferencia que alimenta el crimen” Son frases inconexas y falaces sobre la posición editorial de La Tarde del Otún y el mío propio, son impertinentes y no caben dentro de la libertad de expresión consagrada en la Constitución, ya que se hace un señalamiento directo a alguien, sobre presunciones personales. Le invito a que sea más cuidadoso y respetuoso con lo que dice.

Por último, en algo si estamos de acuerdo, “Es hora de despertar, exigir respeto, defender la vida y recuperar la tranquilidad que nos pertenece.” Sí señor, que cada “Patiño” se quite la venda que no le ha permitido darse cuenta de lo que ha pasado en Colombia históricamente, también, sobre lo que sucede actualmente, de donde viene esa estrategia de terror y no dejarse cabrestear de lo que dicen Caracol, RCN, El Tiempo, La W, etc. de asumir responsabilidades de ciudadano, de empatía social con sus compatriotas, y sobre todo, dejar de lado ese cuento que les han vendido, el escalamiento social para mantener a la tal (inexistente) clase media, atada a unos deseos utópicos de sentarse a la mesa con sus verdugos, es hora de despertar de ese cuento chimbo.

Atentamente,

Leonardo Franco Arenas

Director general – La Tarde del Otún / www.latardedelotun.com

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