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Desde las editoriales, columnas y opinión de la gran mayoría de los medios de comunicación tradicionales, se levantan desde hace algunos meses, voces de alarma, escritos que marcan un derrotero de inquietud y nerviosismo frente a la posible descertificación del país en la lucha contra las drogas. Esto se traduce en la entrega de aproximadamente USD 450 millones, que están representados en apoyos económicos de diferente índole: Armas, capacitación, apoyo logístico, asistencia técnica etc. Es importante dejar claro que el gobierno colombiano NO recibe un solo dólar, además, no controla las empresas y entidades con quienes se hacen los contratos en la gran mayoría de los casos entidades estadounidenses.
También hay que tener en cuenta los tres escenarios posibles: descertificación total, certificación condicionada o la certificación plena. El lunes 15 se vence el plazo para que la Casa Blanca haga el anuncio. La derecha colombiana ha estado enfocada en utilizar esta decisión del gobierno estadounidense como bandera para atacar al gobierno del presidente Petro, no existen dudas de que, si esto ocurriera, los dirigentes de derecha colombianos celebrarían con champaña lo que consideran un triunfo contra de este gobierno. Nada más alejado de la realidad: a quienes menos conviene este escenario es a los EEUU:
- Colombia ha sido un aliado estratégico de Washington en la lucha contra las drogas, y a Trump no le convine dejarlo de lado, especialmente en el contexto del enfrentamiento con Venezuela.
- En este gobierno, se ha destruido la mayor cantidad histórica de laboratorios y logrado records en la incautación de marihuana y cocaína.
- El director de la DEA declaró que la prioridad de su gobierno es la lucha contra los carteles mejicanos que inundan a EEUU de fentanilo y otras drogas duras.
- Porque en el caso eventual de una desertificación, los únicos ganadores serían los grupos criminales y los grupos transnacionales.
El panorama no es tan oscuro como lo plantean los medios y la oposición; existen muchas variables que así lo demuestran. Además Colombia no debe depender de una limosna ni de un visto bueno de una nación extranjera. Lo que sí está claro para todos es que la tarea se está haciendo de una manera mucho mejor que en los gobiernos anteriores.
Esperar en calma.