Indolente, inhumano, indigno, ha sido el trato al Amazonas.

Por: Leonardo Franco Arenas – www.latardedelotun.com

___ Estos adjetivos debían de escribirse con H mayúscula cuando nos referimos al departamento del Amazonas, sí, H de Historia, H de Histórico. También a los del título de esta columna se le agregan muchos otros, por ejemplo: impávido, impropio, inaudito, incendiario, inconcebible, insensato, inepto, indiferente, insensible etc. sin temor a equivocarme y solo utilizando algunos de los que inician por esta letra, son los adjetivos para calificar el trato del gobierno central a este departamento a través de la historia; el actual puso la tapa a esa indefectible manera de actuar desde el palacio de Nariño con esta región.

Este departamento está ubicado en el llamado trapecio amazónico, que componen Colombia, Brasil y Perú formando una triple frontera, es el territorio administrativo más extenso y uno de los menos poblados a pesar de su gran tamaño, tiene 2 municipios, Leticia la capital y Puerto Nariño uno de los lugares más hermosos y tranquilos del país, también hacen parte 9 corregimientos departamentales. En la triple frontera, con Tabatinga Brasil el paso es libre y existe una economía intrínsecamente relacionada entre las dos ciudades, siendo interdependientes por el comercio; para el manejo de divisas no hay necesidad de pasaporte o documentos de extranjería. Con Santa Rosa de Yavarí del Perú el paso es por el río Amazonas, de una orilla a la otra, pero la relación comercial o de otro tipo es muy escasa.

En varias ocasiones he visitado esta región colombiana, por mis labores de consultoría o como viajero, este verde mar ha estado blindado durante años a la dañina influencia de los problemas cotidianos del país por ser una isla en medio de la selva; solo se llega por vía aérea o vía fluvial, ríos que son inmensas autopistas que cruzan la impenetrable selva, los más importantes: Amazonas, Caquetá, Apaporis y Putumayo, este último, frontera natural con el Perú, a estos inmensos ríos tributan sus aguas, numerosos afluentes que forman una intrincada red de vías fluviales. Leticia la capital es una ciudad de unos 50 mil habitantes y que reúne aproximadamente el 70% de la población del departamento, fue fundada a mediados del siglo XIX cuando este territorio pertenecía al Perú y entregada a Colombia en 1.929 luego de la firma del tratado Salomón – Lozano entre las dos naciones y erigida como municipio en 1932. Fue detonante y escenario clave en la disputa conocida como la guerra con el Perú o conflicto de Leticia en el 32-33, tema superado con la ratificación del tratado vigente. El departamento como tal, fue reconocido en la constitución de 1991 y es uno de los que recibe mayor cantidad de visitantes extranjeros en Colombia, atraídos por los grandes parques y reservas naturales nacionales, su riqueza étnica, culturas ancestrales y el rio Amazonas.

El Estado colombiano se ha equivocado de cabo a rabo en el trato dado a los hermanos amazónicos desde que fue adherido a nuestra nación, se ha menospreciado el valor de la gente y del territorio, hoy día el gobierno nacional en cabeza del presidente Duque le puso la cereza al pastel, no solo el olvido de tres años para el desarrollo de la región, apoyo a su economía, mejoramiento de la infraestructura, salud, educación y un largo etc. si no, que en un tema tan delicado como es el plan de manejo de vacunación contra el covid-19, fueron víctimas de lo que torpemente sale a justificar el ejecutivo y su cohorte, catalogando este grave hecho como un pequeño olvido. Es injustificable la ineptitud demostrada, no solo es insoportable el hecho de la pírrica primera entrega de vacunas, si no el “pequeño olvido” del que fue víctima este territorio, peor aún, la única manera de reaccionar por parte de la  presidencia y el ministerio de salud ha sido por la enérgica protesta de sus habitantes quienes empoderados de las necesidades y sobre todo del maltrato al que han sido sometidos, lanzaron una perentoria amenaza sobre lo que puede pasar si sigue ese trato infame con ellos, el pueblo amazonense es un pueblo aguerrido y trabajador, humilde pero que no está dispuesto a seguir aguantando el manejo centralista del estado. Como lo dijo el gobernador y miembros de las fuerzas vivas del departamento, desconocerán la institucionalidad colombiana, “En este momento todos los empresarios, todos los líderes sociales, juntas de acciones comunales, tomamos una gran determinación el día de hoy. Y es no aguantar más y buscar a qué país pertenecemos. O pertenecemos a Perú o pertenecemos a Brasil dado que sí existen para ese gobierno en sus planes de vacunación” Cualquiera de estos dos países al margen de tratados y de formalidades de las relaciones internacionales estarían interesados en poner cuidado a las inquietudes e insatisfacción de los habitantes del Amazonas, solo hay que recordar que son 110.000 kilómetros cuadrados, comercio internacional y turismo mundial para empezar.

Mientras tanto don Duque y sus conmilitones se encargan de armar rencillas y mostrar los dientes a naciones tradicionalmente hermanas, ¡que torpeza! Y mirar con desdén territorios valiosos para la nación, ¡no hay derecho!

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