EL DÍA QUE FUE POSIBLE UN MAÑANA.

Por: Leonardo Franco Arenas – www.latardedelotun.com

____La noche anterior no fue tranquila, la expectación por el resultado final de esta contienda electoral dio al traste con la posibilidad de conciliar el sueño. La última mirada de la hora fue sobre las 4 am, la conciencia regresó de improviso, con un sobresalto antecitos de la 6 am. Que vaina, me sentía en un letargo porfiado que luchaba por no dejar que me espabilara, finalmente, media hora más tarde me levanté a preparar el café mañanero que siempre despeja la mente y levanta esa bruma de sueño, siempre lo hago, solo y acompañado a veces por personas amantes de este ritual de vida que despeja la mente y alienta el abordaje del quehacer. Este día especial para todos generaba incertidumbre, espanto por lo que podía ocurrir a finalizar la tarde, también, esperanza. Sobre las 8:00 am salí hacia el puesto de votación, el mismo de los últimos 20 años a pocas cuadras de la casa, a esa hora comenzaban a llegar los votantes, no había muchos y la inquietud por una posible abstención que diera al traste con el objetivo me incomodó casi físicamente, las dudas se despejaron al llegar a las mesas de votación, a pesar que estaba temprano ya había largas filas de sufragantes esperando juiciosamente para ejercer ese derecho.

La perspectiva de la situación cambió notablemente debido a los comentarios en voz alta de quien marcarían en el tarjetón, Pereira y en general la zona cafetera ha sido durante años un bastión del uribismo, por esos comentarios y recordando los resultados de la primera vuelta me convencí que el cambio por la vida estaba en marcha. La fila fue fluida, sin inconvenientes, prontamente salí del recinto y en el retorno a casa saludé a varios amigos que ya habían depositado su voto.

Me senté a hacer la tarea, escribir, publicar, motivar, a compartir información en redes, La Tarde del Otún y Liberales con Petro Risaralda, hablar con amigos por wsp y teléfono, a intercambiar comentarios sobre cómo transcurría el día, a conseguir el apoyo de transporte para los que lo necesitaban. La tarde transcurrió rapidísimo, sin sobresaltos, solo un runrún de un posible fraude y algunos inconvenientes con los tarjetones, el fantasmal punto en la casilla de voto en blanco, de resto todo tranquilo. Cuando cerraron las urnas publiqué:

“4:00 PM, La suerte está echada. Creemos que si todo es legal el presidente es GUSTAVO PETRO URREGO Cambio por la vida” Era mi apreciación personal, la sensación que esta vez si había sido posible, en ese momento recordé esa noche de agosto en Bogotá cuando anunciaron el atentado y posterior muerte de Galán, lágrimas y frustración esa vez, pero no creía que hoy a un presidente electo lo fueran a matar. La tarea está hecha, hecha por las mayorías de este país. En frente sobre el escritorio el portátil, a un lado el televisor, a la derecha dos teléfonos, ese era mi arsenal mi red de comunicaciones.

A las 4:10 el primer boletín oficial de la Registraduría: Rodolfo, 63,50% – Petro 34, 92% era de esperarse, votos del extranjero especialmente de Florida y NY, normal, en ese momento entró la llamada de un abogado amigo y compañero del devenir político, “Leo, ¿qué pasa mi hermano nos van a robar? Tranquilo amigo en los próximos boletines todo cambia, le expliqué que eran votos del exterior, no muy convencido colgó. En el boletín # 4 ya Petro estaba por encima, solo quedaba esperar la remontada. A medida que se conocían los resultados y se mantenía la diferencia entre el 3 y el 5% la certidumbre se fortaleció, hasta que de manera extraoficial los medios dieron la noticia de Petro presidente a las 4:51 pm, la Colombia nuestra estalló de manera incontenible en todos los rincones del país. Durante todo este recorrido me acompañó mi novia a través de video llamada, minuto a minuto desde el momento de la certeza de la noticia hasta el discurso del nuevo presidente, por supuesto, una que otra cerveza.

Mucha tensión durante el día, demasiada adrenalina, después una felicidad inmensa, desbordante, los mensajes no pararon y tocó apagar los teléfonos.  A las 10:00 pm, caí en coma, dormí profundamente sin preocuparme por nada, Colombia lo había logrado.

El cambio por la vida, los ajustes vendrán, no será instantáneo ni fácil, pero llegarán. 19 de junio de 2022, EL DÍA QUE FUE POSIBLE UN MAÑANA. ¡Gracias a todos!

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