
Por: Leonardo Franco Arenas – www.latardedelotun.com
____ Apocalipsis 3:16: “Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”. RAE – Tibio: 1. adj. templado (‖ ni frío ni caliente). 2. adj. Indiferente, poco afectuoso.
“Tan duro que nos dieron a los tibios” escribe Lina Arango. Varias cosas reconozco en la excandidata al senado por el partido Verde, unas muy buenas otras no tanto, personalmente estimo que ella no es tibia, y si ella lo considera, no es por su personalidad o manera de actuar, es el reflejo y lealtad a su líder.
Un ejemplo paradigmático del ser tibio es el exalcalde Fajardo, dubitativo hace cuatro años para evitar “pintarse” directamente con alguno de los candidatos y que se lo cobraran en el futuro, eso creyó él, pero entrelíneas quedó claro que en esa decisión extraña pero respetable de irse a observar ballenas dejando a sus electores libres para votar, beneficiaba al candidato de Uribe; Petro lo llamó a dialogar, a unirse después de la primera vuelta de 2018, la diferencia entre ambos fue de menos de 300.000 votos, el candidato de la izquierda tendió ´puentes para hacer una coalición que sumaba casi 10 millones de votos y que muy seguramente hubiese ganado la presidencia; el día de hoy seguramente Fajardo estaría siendo elegido. Son especulaciones claro está, pero era lo que pensaba la mayoría. El hombre se fue al pacífico y su cuarto de hora en la política pasó, inicio el declive. Este año sucedió exactamente lo mismo con la variante, que decidió jugársela por el voto en blanco como si este sirviera para algo, después de estos exabruptos, pasó a ser un cadáver político.
De otra parte, el discurso soberbio que manejó durante toda su carrera política, venderse como el único decente, dueño de la verdad y las buenas maneras fue asumido por la mayoría de sus seguidores, esa falsa y autoproclamada idea en vez de sumar, segrega la participación de otras corrientes. Las posiciones arrogantes, dignas de “personas de bien” no le hacen bien a ningún colectivo político.
Los políticos deben desmarcarse a tiempo, liberarse de lastres que no permitan seguir creciendo, este ejercicio es dinámico, sin vender ni negociar principios hay que estar prestos a los diálogos del presente proyectados al futuro. Figuras en un principio descollantes en el escenario político se han diluido con más pena que gloria por creerse dueños de la verdad o no adaptarse a los cambios, a aceptar derrotas y considerar nuevas uniones. Lina Arango como tantos que acompañaron al exalcalde de Medellín no son tibios, así no hayan tomado partido de frente en estas elecciones, anteponiendo una lealtad indudable con su mentor, tienen un futuro por delante y otras oportunidades que no se deben dilapidar.
“Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”. Recordemos que la voz del pueblo es la voz de DIOS.