
____ “En el asistencialismo no hay responsabilidad, no hay decisión, solo hay gestos que revelan pasividad y domesticación. Gestos y actitudes. Es la falta de oportunidad para decidir y para participar responsablemente, lo característico del asistencialismo que lleva en las soluciones una contradicción en cuanto a la vocación del hombre a ser sujeto, y a la democratización fundamental” Paulo Freire.
Las viejas y malas costumbres políticas prevalecen, sobre todo, en lo que pretenden publicitar como social, la siniestra y manipuladora estrategia del mercadito o la comidita, así en minúsculas, como minúsculo es el interés de estos gobernantes para solucionar los problemas sociales de fondo, más bien, el abracito efusivo del momento, la palabra de conmiseración y de fe en el creador, acompañado de un plato de comida que solo hará que horas más tarde el hambre ataque de manera más feroz o una bolsa pequeña con algunos alimentos comprados al por mayor y empacados de manera precisa en bodegas. Tratamiento de méndigos a personas de la tercera edad y madres cabeza de familia, al gobernador le funciona bien su santísima trinidad, la camándula, el abrazo y el mercadito. Se aprovecha de la miseria de la gente para posicionar una falsa imagen de redentor.
Las clases dominantes históricamente han establecido el asistencialismo a cuentagotas como una actividad recurrente de sus livianas políticas sociales. Los sectores necesitados reciben con gratitud este bocado envenenado, ese beneficio baladí que los encadena a depender de ese protector, quien les lanza sobras desde la altura de su comodidad y excesos, de esta forma mantiene tras de sí, la masa de menesterosos que corren tras las migajas. Esta despreciable práctica la vemos retratada en las publicitadas fotos del mandatario departamental sonriente y satisfecho, con su cara de hombre pio, que mira al cielo agradeciendo a Dios, pero vendiendo su alma al diablo con estos hechos.
Hay que tener claro que la implementación de estas contadas obras de bienestar social, no sirven si no se apunta a políticas públicas con programas de fondo que conlleven a erradicar las causas de esta marginalidad profunda, para la solución de estos graves problemas sociales. Recordemos cuales son las poblaciones más vulnerables, los marginales, los asistidos: Indígenas, afros, campesinos, desplazados, desempleados, migrantes; LOS NADIES.
¿Mercaditos? ¿Y los damnificados de la Churria, Travesuras, del río Otún?, ¿los niños indígenas que mueren a diario por desnutrición? ¿Dónde están esas políticas sociales de fondo? ¿cómo está la salud del departamento?
Gobernador Tamayo, cambie de estilo por el bien de la gente, es hora, recuerde que es hora del CAMBIO.