Por: Leonardo Franco Arenas – www.latardedelotun.com______
“Las sombras chinescas o sombras chinas, precedente del teatro de sombras, parten de un juego popular basado en un efecto óptico teatralizado que se consigue al interponer las manos u otros objetos entre una fuente de luz y una superficie clara (pantalla o pared), de manera que la posición y el movimiento de las manos proyecta sombras que representan figuras estáticas o en movimiento. Constituyen una de las más antiguas artes del teatro de títeres y marionetas”.
En Colombia, el escenario político y social actual se asemeja de manera dramática a esta antigua tradición de entretenimiento que se origina en Java, pasa a China, que luego se extiende a todo el oriente y posteriormente llega a Europa y América.
Veamos, los medios de comunicación, los grandes cacaos y sus lugartenientes anuncian a grandes voces las sombras oscuras que se ciernen sobre el país según su sapiente análisis, a la experiencia acumulada durante décadas de detentar el poder y de espoliar la sociedad, según ellos, les da la credibilidad necesaria para advertir a la Nación sobre la debacle económica e institucional que nos espera, estamos según los titulares y entrevistas, al borde del abismo, a instancias de un punto de no retorno. La solución, retomar el cause “normal” del Estado de acuerdo a sus saberes y entenderes y abandonar de una vez la aspiración al cambio. ¡Ridículo!
La razón concreta de estos apocalípticos anuncios son los anuncios del gobierno para cambios estructurales: Reforma energética, reforma a la salud, reforma pensional y reforma laboral, para solo mencionar las que tienen carácter de urgencia en el primer semestre del año. Las ministras de Salud, Carolina Corcho; la de jefe de cartera de Minas, Irene Vélez, y la de Trabajo, Gloria Ramírez, son las que encabezan la lista de críticas y ataques por parte de los grandes grupos económicos del país y de sus medios de comunicación, los congresistas que hacen parte de ese inescrupuloso establecimiento que ha defraudado al país durante tanto tiempo, ahora levantan sus voces desde los atriles con verdades a medias lanzando dardos e infundios sobre estos temas.
Sombras chinescas porque “Constituyen una de las más antiguas artes del teatro de títeres y marionetas”, es lo que son los criados y advenedizos de los poderosos. Es un juego basado en un efecto óptico teatralizado, lejos de la realidad, que hace ver sombras que son solo el reflejo de quienes están detrás de las pantallas de luz, en las tinieblas, tras bambalinas, los titiriteros. A estos no les interesa que el país de un giro de 180° en los temas económicos y sociales, ellos pretenden hacer ver “una hecatombe” en el futuro, ya sabemos quién acuñó esa palabra para manipular por el miedo a la sociedad.
Es correcto el camino planificado por el actual gobierno, los decanos de prestigiosas universidades así lo declararon, la economía va bien, empresas multinacionales como NESTLË hacen millonarias inversiones en el país, hasta los árabes de International Holding Company (IHC) representados por los Gilinsky, quieren a Nutresa y Argos. Constructoras españolas se pelean los grandes proyectos de infraestructura con empresas chinas.
Las reformas sociales que están en camino quitarán el monopolio a unas pocas familias dueñas de las más grandes empresas, que lo hacían con anuencia de los gobiernos de derecha. Esa es la razón del virulento ataque al gobierno del presidente Petro y a sus tres ministras. Son las sombras chinescas, cortinas de humo que nos quieren hacer ver, ahora que el cambio es imparable. Nada de miedo, son solo sombras y estas desaparecen cuando llega la luz.