
Por: Felipe Priast – de su Facebook personal / www.latardedelotun.com
_____ ¿Qué tal la historia de la bloqueada del libro sobre los Char de la periodista cartagenera Laura Ardila?
A la pobre pelada la dejaron “vestida”, como dice el adagio popular. La ilusionaron hasta el final, y ya a lo último la bajaron del caballo. Me imagino que los Char movieron sus fichas y los españoles de Editorial Planeta se cagaron. Unos brutos, si me preguntan a mí, pues ahora todo el mundo va a querer leer ese libro aún más, e inevitablemente, el libro va a salir.
Pero, dos cosas me llaman la atención de este libro sobre los Char.
La primera, que la única que tuvo los cojones para escribirlo fue una cartagenera, porque en Barranquilla nadie parece tener los cojones para hacerlo. Triste ese grado de sumisión en Barranquilla, y me resulta chocante que no haya nadie vernáculo con $20 barras de agallas. Tener que pedirle prestado valor a una periodista cartagenera para destapar a este clan mafioso habla muy mal del pueblo barranquillero. Es una ciudad completamente dominada por el miedo, aparentemente.
Y lo segundo es que, Alex Char parece que va a arrasar nuevamente en las elecciones a alcalde, una vaina de no creer.
No sé qué es peor: que al Ñoño Elías lo hayan recibido con una caravana en Sahagún, o que a los Char los sigan eligiendo en Barranquilla, cada vez acumulando más escándalos e investigaciones. Arturo Char está a punto de ser imputado por compra de votos, y Alex está haciendo cola, ¿y ese es el man por el que Barranquilla va a votar? ¿Por los manes del libro “¿La Costa Nostra” (que buen título, por cierto)?
Y la alternativa no es Nicolás Petro, porque yo no le voy a pedir a nadie que vote por ese HP. Simplemente, identifiquen a un man decente e inteligente que no sea un Char, y voten por él (o ella). ¿Tan difícil es esa tarea? ¿De entre los 2 millones de Barranquilleros, no hay uno o dos que den el gatazo?
Cómo estarán de desahuciados políticamente los Char que ya ni las contrataciones propagandísticas para el Junior les funcionan. Que dizque están lavando con esas mega contrataciones, dicen en la ciudad, que esas operaciones son chimbas. Locos, abran los ojos: todo lo que hacen los Char es chimbo, no solo sus contrataciones para el Junior. Hay que decir “ya no más Char” y moverse a otra cosa, ya esa gente fue…
Hay algo de esposa reventada en el carácter barranquillero. Le dan y le dan a la pobre mujer, y la vieja toda reventada va y le dice a la gente que nadie se meta, que eso es entre ella y él.
Así esta Barranquilla. Ya se está preparando de nuevo el marido abusador para otra muenda, y la abnegada esposa, a su vez, también se prepara para una nueva golpiza, sonriente, casi deseosa…
Confiésenlo, amigos barranquilleros: a ustedes les gusta el palo, ¿no es cierto? ¿A ustedes les gusta la “¿Costa Nostra” de los Char, no es cierto?
Esa es la única explicación posible que existe a la fascinación de los barranquilleros por la saga de “El Padrino”. Es como verse en un espejo, ¿si o qué?