
______ Conciudadanos, nuestra amada ciudad, la hermosa Perla del Otún va directo al abismo y de allí difícilmente podrá ser rescatada más adelante. De acuerdo a lo que dicen las encuestas a la alcaldía de la ciudad, los tres candidatos que representan la continuidad y las malas prácticas administrativas las puntean, intercambian el primer lugar de acuerdo al grupo que las ha contratado, no queda duda, vamos al despeñadero.
Salazar, Lopera y Cárdenas lugartenientes de estás casas políticas, clanes que se han adueñado de la administración pública del terruño, respaldados económicamente por grupos poderosos con chequeras sin topes para sacar adelante sus aspiraciones, son, los tres, lo peorcito que puede pasarle a Pereira.
Imaginemos entonces lo endeudados que van a estar después del 29 de octubre, no es muy difícil sospechar de donde van a salir los recursos para pagar las obligaciones, el erario será nueva e impunemente asaltado para cancelar los compromisos adquiridos. De igual manera la administración será victima de una repartija de secretarías y direcciones.
¿Lo permitiremos? ¿Seguiremos mirando hacia otro lado mientras continuamos quejándonos de los malos gobernantes?, ¿del deterioro de la ciudad en lo social, en seguridad, movilidad? Mientras tanto los servicios públicos se hacen impagables, muchos hogares no comen decentemente por pagar los recibos. Atracos, microtráfico, asesinatos y desapariciones sobre todo de menores van en aumento.
Vamos hacia el despeñadero, ese cuentico chimbo que Pereira es el mejor vividero de Colombia es un engaño, la apariencia que quieren darle a una ciudad que está al borde del colapso, un embeleco del cual se aferran para crear una cortina de humo frente a la realidad que estamos viviendo.
Pereiranos, no podemos permitir que una estela de bandidos siga gobernando la ciudad a sus anchas, debemos ser responsables con nuestro voto, por el futuro, hijos, nietos. Hagamos un compromiso ciudadano para quitarles de las manos avarientas a Pereira. Que no pasen, no más con estos herederos de la corrupción de los Gallo, Merheg y Noreñas, amén de los otros que se mueven en las sombras.