
_____ TRÁFICO DE MIGRANTES
Una nueva crisis humanitaria sacude nuestro adelantado y grandioso planeta y esta no es una situación nueva, a través de la historia de la humanidad se han presentado grandes migraciones, éxodos motivados por diversas razones, las desigualdades entre los pueblos y el asedio por parte de las grandes potencias. Este tráfico ilícito de migrantes es una verdadera preocupación global que afecta a un gran número de países del mundo por ser puntos de origen, tránsito o destino.
La diferencia del actual éxodo es que sucede en nuestro vecindario en territorio colombiano, el Darién un tapón natural plagado de peligros cuyo paso es la única opción para cruzar hacia Panamá vía terrestre, por eso muchos migrantes deciden tomar el riesgo. Esta frontera se ha convertido en la compuerta de salida para miles de seres humanos de diferentes paises emisivos que de manera legal o ilegal ingresan al país para cruzar hacia Centro América desde las costas del Golfo de Urabá, principalmente de Necoclí, Turbo en Antioquia para llegar a Capurganá y Acandí en el Chocó es son los puntos de salida hacia la espesa selva del Tapón.
Miles de migrantes de diversas nacionalidades se arremolinan en busca de un tiquete, la mayoría son arreados por un líder de grupo que muchas veces se encarga de establecer alojamientos, avituallamientos y pasajes en las lanchas, cobran en dólares el servicio de guía por la manigua y muchas veces dejan abandonados a quienes previamente les han pagado el servicio.
Esta tragedia humana lleva aproximadamente unos ocho años, pero en los dos últimos el número de refugiados se ha multiplicado. Niños, adultos y viejos corren el riesgo de perecer en el intento, no les importa, el problema está en crescendo.
Estados Unidos cierra fronteras, México endurece sus políticas migratorias, los paises centroamericanos se hacen los de la vista gorda, los ojos del mundo miran a Colombia y el dedo inquisidor del mundo señala al país como culpable de la tragedia. Nada más falso, Colombia es una víctima de esta situación por su ubicación geográfica en la esquina occidental de Sur América.
El gobierno pasado recibió millones de dólares para el manejo de los migrantes venezolanos en nuestro territorio, las estrategias no existieron y el dinero se esfumó en los bolsillos de esa clase política. Gustavo Petro pone el dedo en la llaga y no pide, exige en la Asamblea de Naciones Unidas el compromiso necesario para que esta tragedia humana se supere con dos estrategias, uno el cese de bloqueos económicos y de conflictos armados, dos mayor equidad y oportunidades en los paises emisores para que esto no siga sucediendo, yo agregaría un tercero y es perseguir y acabar la cadena operativa de los traficantes de seres humanos; no señalar y condenar a quienes padecen el desplazamiento.
Que no pase en este continente lo que ha pasado con los migrantes subsaharianos y los refugiados birmanos, el problema crece. Las olas de desplazados centroamericanos, especialmente de El Salvador, Honduras y Guatemala son tratados como criminales por el gobierno norteamericano.
La “cadena comercial” de mafias internacionales deben ser combatidas con todo el rigor de leyes nacionales y tratados internacionales, reconocer que los refugiados son las víctimas.