EL POBRE VIEJECITO ATACA LA JEP.

Por: Leonardo Franco Arenas / www.latardedelotun.com

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_________  Patéticas y desesperadas declaraciones de Uribe el ex presi en contra la JEP, dice que no la reconoce, “discrepo totalmente de su informe final”, se pronunció tras las últimas declaraciones públicas que hicieron altos mandos del Ejército en retiro sobre los “falsos positivos”. También en un trino declara que tanto la Comisión de la Verdad liderada por el padre Francisco de Roux y la JEP “fueron impuestas por las Farc, por Cuba y Venezuela”.

La justicia terrenal y sus propios demonios se le están acercando, el lo sabe, ya no es solo la intuición lejana como cuando detentaba las riendas del Estado, ahora es una certeza que se balancea sobre su mollera como espada de Damocles, es la fragilidad tarde o temprano de las posiciones de poder del ser humano, le llegó su hora.

Uribe en su infinita soberbia aún no puede aceptar que el país ya no es ese feudo que el administraba a sangre y fuego como capataz, como operador principal para los dueños del poder y la economía. A estas alturas se desgrana la mazorca, el pacto de silencio que durante tantos años permaneció incólume, comienza a resquebrajarse, no solo por la soldadesca, sub oficiales y oficiales de bajo rango que confiesan sus crímenes, ahora, confiesan sobre la real política de la seguridad democrática los intocables oficiales del curubito. El general del ejército en retiro, Henry Torres Escalante dijo en días pasados que los asesinatos de campesinos y colonos, conocidos como “falsos positivos”, que se cometieron en el departamento de Casanare se convirtieron “en números, en porcentajes” para lograr mejores resultados y ascender en el Ejército.

La JEP por primera vez imputó a un excomandante del Ejército colombiano, al acusar al general retirado Mario Montoya, junto a otros 8 militares de 130 ejecuciones extrajudiciales de jóvenes inocentes, considera a Montoya posible autor de «crímenes de guerra y de lesa humanidad» por «asesinatos y desapariciones forzadas ilegítimamente presentados como bajas en combate. El terror de Uribe es que después de estos primeros reconocimientos todo se derrumbe como un dominó, no tiene escapatoria.

Le está llegando la hora a este beneficiario de la impunidad, quien, durante dos décadas de poder, la cooptación de la justicia y de los organismos de control, impidió que los responsables de ordenar los crímenes y él, como creador de la política de la seguridad democrática fueran juzgados y condenados.

“Puede llorar ex presi” significa lo imposible, lo improbable que pueda lograrlo, acabar la JEP y salirse una vez más con la suya, más bien contrate abogados, ojalá nuevos, Abelardo de la Espriella, Jaime Granados, Jaime Lombana, Iván Cancino no le han servido de mucho últimamente y arregle sus cuentas, teste y confiésese con un cura de esos que tienen el arma bajo la sotana, algo es algo.

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