
Por: Leonardo Franco Arenas y Javier Gómez Ramírez / www.latardedelotun.com
______ A raíz de la publicación de la agradable charla sostenida con Carlos Márquez y publicada en YouTube y las redes sociales, un mutuo amigo, Javier Gómez Ramírez tuvo la gentileza de hacer algunas precisiones sobre algunos sitios históricos en donde se escuchaban los ritmos antillanos en la Perla del Otún. Valioso aporte de este melómano, conocedor como pocos del tejemaneje en la diversión musical de Pereira, muy especialmente de estos ritmos. Copio textualmente, escribe Javier:
“Leo querido y tintiHado, acabo de ver en YouTube tu entrevista a mi querido y roneHado Carlos Márquez, amena, anecdótica y referencial. Te escribo por este medio para hacerte unas precisiones, ya que, si lo hago por Facebook, puede causar enfados; ya sea en vos o en Carlitos Way, como le digo de cuando en vez.
El sitio que estaba en la calle 21 con carrera 12 esquina, era el «RINCÓN ANTILLANO «, cuyo propietario era Pedro Nel Ospina (hermano de Javier, que era maestro) que con Alberto Trujillo (que trabajaba en el «Circuito Otún » y en el bello Teatro «Capri «), eran sus administradores.
El sitio se incendió, era una casa de bahareque hermosa que daba a la calle como a la carrera, diagonal en ese entonces a «Superkumis», allí íbamos estudiantes, profesionales como el ex alcalde ingeniero Gustavo Orozco Restrepo, ingeniero Álvaro Tribín Acosta (gerente del banco de Caldas, Q.E.P.D), teatreros como el hoy famoso Álvaro Bayona, o como la inolvidable Licenciada Liliana Herrera, profesora de la UTP ( Q.E.P.D), Alberto Antonio Berón, hoy en día profesor UTP, artistas de la plástica como los maestros William Cardona (que vive en «La Florida»), su primo Albeiro Osorio ( Q.E.P.D). El dúo «Canto Rodao», Gloria Inés Salazar Chujfi – Orlando Vásquez; y una variopinta de personas hombres y mujeres, hoy día profesionales o dedicados a sus oficios.
Creo que el Rincón, fue el segundo establecimiento público en esto del negocio “salsoso”, si no me equivoco, el primero fue «La Escalinata » que quedaba a la orilla del río Consotá, cerca del famoso charco «La Curva «, subiendo para «Tribunas «. Como te digo, puedo estar equivocado, pero fui a «La Escalinata » de ese entonces, porque muchos años después un vendedor de discos y grabador de casetes llamado Mario Muñoz, la puso como en la calle 16 entre 5a y 6a (si mal no estoy, ahí también estuve). Después Mario cerró ese negocio, en la misma calle, pero, en la carrera montó su almacén de discos del cual me proveía, incluso, cuando tuve el programa en «2QUEBRADAS ESTÉREO FM» me grabó varios casets”.
Nota: (posteriormente Javier aclara; “Y puedes agregar que en cierto sentido tu interesante entrevistado tiene razón, sí fue el Rincón el primer establecimiento salsoso que tuvimos los pereiranos de sólo SALSA DURA. Cosa contraria a «LA ESCALINATA «, que la música era variada: bobaladas, chucuchucu, boleros y salsita de cuando en vez. Sonaba lo que estaba de moda”).
Continúa con el recuento histórico:
“Después aparece «LA PONCEÑA » en el mismo lugar desde sus inicios, » LA FANIA» más abajo de «El Lago » por la carrera que 7a, «SALSEROS » de nuestro querido y roneHado Carlos Márquez. El hijo de Faustino Arias, ingeniero Nelson Fernando Arias González puso «LEÑA Y SON » por la 4a con 16. » JUAN PACHANGA » al frente del SENA, posteriormente se trasladó a la 4a con 16. «LA CREMA DE JUAN » en el barrio Cuba y otros sitios como «LEÑA VERDE» que empezó cerca del Coliseo Mayor, Rafael Cuartas Gaviria y así fueron apareciendo muchos otros sitios salsosos.
Cabe aclarar que el RINCÓN ANTILLANO, después del incendio lo pasaron a la 27 con carrera 7ª.
Y ya en el año que hubo el terremoto que destrozó Armenia, se vino de allá LUIS CARLOS SOTO con «LOS COMPADRES «, que ha sido el punto de referencia obligado de los últimos años en nuestra Pereira City, severo establecimiento, inigualable, lo puso en el Centro Comercial La Plazuela del parque Olaya Herrera al lado del Frisby que existe allí. «LUKAS”, así es el apodo por el que lo reconocemos; trajo al Teatro Santiago Londoño, a «SON 14», famoso conjunto cubano y que a Carlos Márquez se le olvidó citar. Él estuvo en dicho concierto con una barra de Padre y Señor mío…”
Muchas gracias a Javier Gómez Ramírez por este valioso recuento sobre la vida nocturna en tormo a la salsa y demás ritmos antillanos. Como dice el hombre, a los lectores de La Tarde del Otún, “el bembé los saluda”